Hayao Miyazaki,
durante largos años, nos proporcionó historias bastante alegres y positivas,
con muchos mensajes importantes, a través del Studio Ghibli, un estudio de
animación japonesa. Una película, algo menos fantasiosa que otras previas que
se habían realizado hasta el momento, es la de Mimi wo sumaseba, título traducido en España como Susurros del corazón, estrenada en 1995
y en la que Hayao Miyazaki es el guionista, no el director. En la parte trasera
de la caja DVD de STUDIO GHIBLI COLLECTION, se puede leer lo siguiente:
“Shizuku es una adolescente aficionada a la
lectura que tiene como plan pasar sus vacaciones de verano leyendo en la
biblioteca y traduciendo canciones extranjeras. Para su sorpresa, sus planes
dan un giro cuando descubre que hay un mismo nombre, Seiji Amasawa, en las
fichas de los libros que coge en la biblioteca.
Un día en el tren, se encuentra con un gato misterioso
que le llevará a la tienda donde Seiji trabaja como aprendiz de Luthier.
Seiji le cuenta a Shizuku que su sueño es llevar su arte
a Italia, animándola también a escribir libros. A partir de entonces Shizuku y
Seiji prometen que estarán siempre juntos.
Susurros del Corazón está dirigido por Yoshifumi Kondo,
aprendiz de Hayao Miyazaki, y es uno de los clásicos del anime japonés; una
obra maestra sobre el despertar de los talentos creativos.”
(Cuidado:
spoilers.) Shizuku Tsukishima es una estudiante de instituto que le encanta la
lectura. A pesar de que tiene que estudiar, no cesa de leer. Lo curioso es que encuentra
el nombre de Seiji Amasawa, que ha leído los mismos libros antes que ella. Se
imagina a un chico muy amable. Un día Shizuki está con su amiga repasando una
canción modificada de Take Me Home,
Country Roads. Se la deja junto al libro que había cogido prestado de la
biblioteca del instituto. Al volver a buscarlo, encuentra a Seiji leyendo el
libro, aunque ignora quién es realmente. Le molesta que haya leído la canción.
Más adelante, en un viaje en tren hacia la biblioteca, encuentra a un gato que
viaja en el tren. Al bajar, lo persigue y la lleva a un lugar curioso, desde
donde hay muy buenas vistas. Ahí entra en una tienda muy curiosa, donde le
encanta una figura de un gato. Shiro Nishi, el dueño de la tienda aparece, y le
dice el nombre de la figura: El barón Humbert Von Gikkingen. También le muestra
un reloj que está reparando, con una historia de amor imposible entre un enano
y un hada. En otra ocasión, va a visitar la tienda de nuevo, pero está cerrada.
Llega Seiji, que aún sigue sin saber quién es realmente, y le permite entrar en
la tienda para ver la figura del gato. Luego, baja y ve a Seiji trabajando
creando un violín. Le cuenta que desea ser lutier, algo que motiva mucho a
Shizuku, que aún no sabe lo que realmente quiere ser. Shizuku le pide que toque
el violín, pero Shizuku debe cantar. La canción es la de Take Me Home, Country Roads. Al poco, llega el abuejo, Shiro Nishi,
con un par de amigos músicos, y les acompañan. Ahí es cuando descubre el
verdadero nombre de Seiji. Se siente rabiosa por ello, pero se le pasa. Pide a
Shiro Nishi escribir una historia sobre la figura del gato. Shiro se lo
consiente, si él es el primero en leer la historia. Así lo hacen. Le gusta la
historia. Luego le cuenta la verdadera historia de El Barón y parece que
coincide ligeramente con la historia que ha creado Shizuku. Seiji profesa su
amor hacia Shizuku y se prometen, aunque ambos antes deberán seguir su camino:
Seiji se hará un buen lutier en Italia y Shizuku se esforzará para conseguir
completar sus estudios y convertirse en una buena escritora.
Una historia muy
curiosa, en la que dos personas se enamoran, aunque curiosamente ya habían
coincidido por la lectura. Es un momento clave de sus vidas: la adolescencia,
cuando deben decidir qué serán en un futuro, es decir, qué profesión querrán
tener para vivir el día a día. Lo más importante: con quién. Ellos, por suerte,
incluso se prometen. Saben qué realmente harán y con quién querrán estar. Es lo
mejor que le puede ocurrir a una pareja, tener las cosas claras desde el
principio y luego todo fluirá de la mejor forma posible. Aunque esto no es tan
fácil. En muchas ocasiones esto no ocurre. Quizás uno pueda tener una pareja en
su juventud, pero luego quizás haya tenido que dejar los estudios para poder
convivir con su pareja. O lo contrario, es decir, dedicar la juventud para
conseguir unos buenos estudios y adquirir un buen trabajo, pero no haber
dedicado el tiempo suficiente para tener una pareja estable. La suerte también
influye en estas circunstancias.
A partir de esta
película, se hizo posteriormente una especie de continuación. Esta vez mucho
más fantástica. Si esta película es bastante realista, la siguiente de la misma
temática es todo lo contrario. El tema principal serán los gatos y el nombre de
la película es Neko no Ongaeshi, estrenada
muchos años después, en 2002.
La canción de Take Me Home, Country Roads está muy
bien creada. Es una escena que gusta muchísimo, muy dulce, muy a la antigua. Primero
empieza a tocar la melodía Seiji con un violín, luego empieza a cantar la letra
Shizuku, y luego viene el abuelo con un par de amigos para, sin decir nada,
acompañan con diferentes instrumentos. Este momento es realmente una obra
maestra.
Como curiosidad, la
marca del reloj de pared que está reparando Shiro Nishi es la de la marca Porco Rosso. No existe dicha marca, sino
que es una referencia directa a una de las películas del Studio Ghibli con el
mismo nombre.