sábado, 18 de marzo de 2023

Colección Películas: Jurassic Park II: The Lost World

Steven Spielberg nos hizo un grandioso regalo con la película Jurassic Park. Al tener tanto éxito la primera parte, se hizo una segunda parte, que corresponde a otra historia de Michael Crichton. La segunda parte se titula Jurassic Park II: The Lost World, título traducido en España como El Mundo Perdido: Jurassic Park. Fue estrenada por Steven Spielberg en 1997, tan sólo cuatro años después del estreno de la primera parte. La sinopsis que aparece en filmaffinity es la siguiente:

Cuatro años después del desastre ocurrido en el Parque Jurásico de la isla Nublar, John Hammond revela a Ian Malcolm que existe otra isla en la que se criaban los dinosaurios antes de ser transportados a la isla Nublar. Ian, acompañado por dos expertos, deberá acudir a la isla Sorna para rescatar a una científica, aunque los planes cambiarán drásticamente.

En esta segunda historia, no participan Sam Neill, que interpretó al paleontólogo Alan Grant, ni Laura Dern, que interpretó a la paleobotánica Ellie Sattler (teóricamente compañera de Alan Grant), pero sí Jeff Goldblum, que interpreta al matemático Ian Malcolm, y Richard Attenborough, que interpreta a John Hammond. Es más, es John Hammond quien le revela a Ian Malcolm que existe la Isla Sorna, en la que criaban a los dinosaurios para luego llevarlos a Isla Nublar, la isla donde construyeron el Parque Jurásico. Ian Malcolm no quiere ir a ninguna isla de este tipo por nada, salvo para ir a salvar a su actual pareja, que ya está en dicha isla haciendo un estudio de viabilidad. John Hammond tiene el problema de que la empresa InGen, encabezado por su sobrino Peter Ludlow, quiere explotar Isla Sorna de una forma radical, para sacar el máximo beneficio posible. Consigue, a la fuerza, hacerse con un Tyrannosaurus y su cría, los cuales Peter lleva a San Diego con la intención de abrir un parque ahí mismo. Son transportados por barco, pero toda la tripulación ha muerto. El Tyrannosaurus sale del barco y se pone a buscar a su cría, destrozando la ciudad a diestro y siniestro. Le devuelven la cría y pueden controlarlo. Lo curioso es cómo acaba quien lo empezó todo. Peter Ludlow, con la intención de recuperar la cría, es devorado por la cría de Tyrannosaurus. Son devueltos a Isla Sorna.

De nuevo, como ocurrió en la anterior película, los errores humanos provocan destrozos y muertes innecesarias. La sed de dominar la naturaleza y obtener enormes beneficios por ello provocan siempre problemas, a expensas de otras personas que quizás estaban en desacuerdo. En esta ocasión, Ian es el que está en total desacuerdo. Por la cordura que aún conserva de la anterior mala experiencia que tuvo, intenta que su pareja y su hija, que se ha colado en el viaje hacia la Isla Sorna, puedan sobrevivir a lo que puede ser una verdadera catástrofe para ellos. Al final no les queda otra que lidiar con Tyrannosaurus Rex, ni más ni menos, y todo por un cazador con un objetivo: cazar un Tyrannosaurus.

Los cazadores, tal y como se ilustra en esta historia, son personas bastante destructivas. Tienen unos conocimientos que son necesarios para sobrevivir en ciertas partes del mundo, como pueda ser la selva o el desierto. Pero muchos cazadores no valoran de verdad a los seres vivos. Matar para sobrevivir es una cosa, pero matar por deporte es otra muy diferente. Un cazador que caza y luego aprovecha lo máximo posible la caza, como por ejemplo para comer, hace lo correcto. El problema viene cuando los cazadores cazan por placer, por el placer de matar y así considerarse superiores. Algunos, aún peor, matan por tan sólo conseguir un ítem con el que puedan ganarse ilegalmente la vida. Muchas especies de animales han sido extintas por culpa del ser humano, por culpa de cazadores sin escrúpulos. Los seres humanos que compran luego estos ítems se podrían considerar incluso igual o peores que los mismos que cazaron estos animales. ¿De qué sirve un cuerno de rinoceronte? ¿En serio hay quienes piensan que un cuerno les salvará la vida o aumentarán su lívido o cualquier otra cosa? No, un cuerno es un cuerno y sirve especialmente para que el animal que lo posee pueda defender su vida, que para eso lo tiene. Si uno consigue el cuerno una vez ha muerto el animal por muerte natural, no hay problema. Pero si uno lo mata para tan sólo sustraer el cuerno y luego venderlo, es demencial, despreciable, asqueroso. Seres así no merecen otra cosa que ser encerrados de por vida y tan sólo ser alimentados por pan y agua. Lo mismo para aquellos que pagaron precios elevadísimos para conseguir estos ítems. Esto mismo se puede extrapolar a la película de Jurassic Park II: The Lost World, que el cazador tan sólo quiere cazar al Tyrannosaurus por el placer de cazarlo y ser el primero en hacerlo en el mundo, sin importar si hay vidas perdidas de por medio. Suerte que el cazador, una vez que ha conseguido hacer lo que quería hacer, se larga y deja la caza.

Esta segunda parte, sin duda alguna, no es tan buena como la primera parte. La primera parte pasó a ser una película de culto, una obra maestra. En cambio, esta secuela no ha llegado a gustar como la primera. Es más, consiguió nominaciones a premios negativos, tales como peor guión o peor secuela. La banda sonora puede salvar un poco la película, pues sigue siendo realizada por John Williams, uno de los mejores directores de orquesta que ha visto el mundo. A pesar de todo, queda vigente la frase de la primera película, que es mencionada por John Hammond en una entrevista televisiva, una cita que se le ocurrió a Ian Malcolm: “La vida se abre camino.




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