¡Qué recuerdos
de cuando era niño! ¡Y cuán inocentes éramos! Tan sólo con cosas pequeñas nos
podíamos contentar. Como puedan ser las canicas, un juego de niños muy
conocido, que trata simplemente de elementos pequeños esféricos, normalmente de
cristal, con los que se puede jugar a diferentes juegos. El más típico es el de
acertar a otras canicas para ganarlas, un juego algo similar a los que luego
fueron los tazos, que se popularizaron en exceso y dejaron en segundo plano a
las canicas.
Aunque tuve
cientos y cientos de canicas, tan sólo deseo conservar unas cuantas, que fueron
las que más me gustaron. En la imagen se pueden ver lo que se llamaban los Ojos
de Gato u Ojos de Dragón. Son unas canicas, que pueden ser pequeñas o grandes,
y tienen un brillo y unos colores que son poco habituales. En estas canicas, si
uno se las acerca a los ojos, puede ver formas o colores en el interior de las
canicas que son realmente impactantes. También pude conseguir varias canicas
grandes, alguna común, y algunas de diferentes colores. De grandes también conservo
algunas de mi propia creación. En época de lluvias, en la casa de mi tía,
hermana de mi madre, recogía barro y pude hacer muchas canicas de barro
calentándolas luego en la chimenea. Me tiraba horas haciendo esto. De esta
época tan sólo conservo varias de estas canicas, que quedaron bien horneadas y
pueden durar muchos más años.
De canicas pequeñas,
también conservo varias. Además de algunos Ojos de Gato y Ojos de Dragón,
también tengo algunas totalmente blancas, algunas de otros colores, un par con
purpurina, una minúscula de metal y una de piedra, muy pequeña.
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