Colección Libros: Mundodisco (Terry Pratchett). 29. El asombroso Mauricio y sus roedores sabios

¿Os suena la historia de El flautista de Hamelín? Pues Terry Pratchett hizo una historia similar, aunque mucho más descabellada. La hizo como un libro independiente, pero dentro de la saga de Mundodisco, es decir, dentro del universo en el que hay una tierra plana sujeta por cuatro elefantes encima de una gigantesca tortuga que viaja por el espacio.

En la parte trasera del libro se puede leer la siguiente sinopsis: “Es el timo perfecto… como no podría ser de otro modo, ya que lo ha ideado el asombroso Mauricio, el gato callejero con más labia y desparpajo de todo el Mundodisco. A ver, ¿sabéis ese cuento que habla de un pueblo, una plaga de ratas y un flautista? Pues resulta que Mauricio conoce a un chavalín con cara de tonto que sabe tocar la flauta y a un puñado de ratas un tanto extravagantes pero muy instruidas. El engaño funciona y la banda liderada por Mauricio ya ha desplumado a varios alcaldes con su pequeña «función». Pero cuando llegan a Mal-Baden todo se va al garete. Porque en ese pueblo alguien está tocando una melodía distinta, más tenebrosa, y las ratas tendrán que descubrir la verdad. Ya no es un juego. Allí hay gato encerrado… y algo más.”

Así pues, un gato, que consiguió conciencia y la capacidad de hablar gracias a las descargas mágicas de la Universidad Invisible de Ankh-Morpork, organiza una forma de conseguir dinero a mansalva mediante un grandioso timo. Este timo se trata de “sacar” de los pueblos a los ratones mediante un joven flautistak, simulando que están salvando a la gente, cuando realmente los ratones están “en el ajo”. Lo que quieren los ratones es huír de la civilización y de los gatos. Para ello, quieren comprar un barco.

La gran mayoría de ratones están de acuerdo en seguir las ideas de Mauricio y tener la ayuda de un humano flautista para lograr su objetivo. Pero hay un ratón viejo que está muy en desacuerdo, pues es antinatural que un ratón haga negocios con un gato.

Ahora bien, llegan a un pueblo en el que no hay ratones ni ratas. Es algo muy raro y deciden investigarlo. El problema es que descubrirán algo tenebroso y malévolo.

Hay un punto curioso en este libro. Se trata de que en el principio de cada capítulo se cita un trocito de un libro infantil ficticio: El Sr. Conejín tiene una Aventura. Se trata de una parodia de las historias infantiles de Pedro el Conejo (Peter Rabbit), de Beatrix Potter.