Todos estamos en el
ciclo de la vida, un ciclo de vida y muerte. Unos viven, pero otros mueren. Es
inevitable. Así es la vida. Todos los habitantes de este planeta Tierra estamos
atados a ese destino. Vivimos y morimos. Si no fuera así y todos vivieran
siempre, el planeta se quedaría sin recursos para que se pudiera subsistir. Aunque
el hombre no deja de destruir el planeta con su progreso, los animales suelen
vivir un ciclo sin fin de vida y muerte. Disney quiso ilustrarlo mediante una
película de animación, estrenada en 1994, un musical que fue un éxito en su
momento y aún lo sigue siendo: EL REY
LEÓN. PANINI, aprovechando la
situación, en 1995, distribuyó un álbum de cromos, que costó 150 pesetas en su
momento, con un total de 232 cromos. Los cromos eran adquiridos mediante sobres
en las papelerías y quioscos. En el álbum, una vez pegados, se puede ver el
trascurso de la historia mediante imágenes y comentarios en las páginas del
álbum. En la primera página, justo detrás de la portada, se puede leer una
conversación que tiene Simba, el cachorro de león protagonista de la historia,
con Mufasa, su padre, el rey:
“«Papá, ¿Es cierto que un día yo seré rey?»
«¡Así es, hijo mío!»
«¿Es difícil ser rey? ¿Tú me ayudarás?»
«Siempre estaré a tu lado; no lo olvides nunca.»
«¿Cuándo seré bastante mayor para ser rey?»
«Cuando hayas aprendido a conocerte a ti mismo, entonces sabrás
ocupar sin ayuda tu lugar en el gran Círculo de la Vida… Pero ahora no pienses
en ello. Aún es pronto. Tus amigos de la selva te esperan. ¡Ve con ellos,
Simba!»”
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