En 2001, el Studio
Ghibli estrenó El viaje de Chihiro,
una película dirigida por Hayao Miyazaki. Tan sólo un año después, en 2002, se
estrenó Neko no ongaeshi, dirigida
por Hiroyuki Morita. En España fue titulada Haru en el reino de los gatos. Esta historia es un spin-off de Mimi wo sumaseba, con el título Susurros del corazón en España, una
película anterior sobre una futura escritora en su adolescencia. En la parte
trasera de la edición en DVD, se puede leer lo siguiente:
“La suerte de Haru, una joven un poco
confusa, cambia de golpe un día cuando al volver del instituto salva a un
misterioso gato de ser atropellado por un camión. Pero no es un gato común, es
Lune, el Príncipe del Reino de los Gatos. En recompensa por su buena acción el
Rey Gato la invita a un inesperado viaje a su Reino y la llena de regalos. Y lo
más increíble: ¡le propone la descabellada idea de casarse con su hijo!
Mientras Haru piensa si acepta la propuesta, en este mundo irreal y lejos de
sus problemas, es feliz. Pero pronto empezarán sus dudas... El tiempo apremia:
si no vuelve a su mundo antes del alba, Haru se volverá para siempre felina.”
(Cuidado:
spoilers.) Haru salva a un gato de ser atropellado. Resulta ser el Príncipe del
Reino de los Gatos. Esa noche, una procesión de gatos llega a la casa de Haru
con el Rey Gato en persona para agradecer el gesto. Además, al día siguiente
empieza a recibir regalos, aunque son más bien regalos que serían de agrado a
felinos. Natoru, una gata mensajera del rey, le informa que será la esposa de
Lune, el Príncipe del Reino de los Gatos. Oye una voz femenina que le insta a
buscar la Oficina de Asuntos Gatunos. Muta le guiará a la oficina, donde conoce
al Barón Humbert von Gikkingen y a Toto, dos estatuas con alma, una de un gato
y otra de un cuervo. Haru es capturada y llevada al Reino de los Gatos. Muta
logra ir con ella. Ahí, poco a poco, se convertirá en gata. El Rey Gato
organiza una comida, mientras esperan a su hijo. Llega el Barón, que intenta
salvarla. Junto a Muta, cruzarán un laberinto. Cuando llegan a la torre que
enlaza con el mundo de los humanos, el Rey Gato destruye la torre. Llega Lune e
intenta parar esta locura, pues él está enamorado de Yuki, la gata que salvó
Haru cuando era pequeña y quien la guio hasta la Oficina de Asuntos Gatunos. El
Rey Gato intenta que Haru sea su esposa. El Barón lucha contra el Rey Gato, que
queda destituido de su cargo. Haru, para evitar quedar para siempre como gata,
logra atravesar el portal, aunque la salida queda en el cielo. Es salvada por
Toto y sus amigos cuervos. Vuelta a su forma normal, se despide de sus amigos.
Una historia muy
gatuna. Son constantes las referencias a elementos felinos, que atraen a los
gatos. Es bastante raro el hecho de que el Rey Gato tenga pensado que Haru se
case con su hijo, aunque realmente tenía en mente casarse él con ella, pues seguramente
ya sabía que su hijo estaba enamorado de Yuki. Convertirse en un animal puede
tener sus pros y sus contras, especialmente en el Reino de los Gatos. Si uno es
gato y pertenece a la realeza, no tendrá muchos problemas y podrá disfrutar de
una larga vida. Aun siendo tan sólo un gato normal, viviendo en el Reino de los
Gatos, seguramente tendrá más longevidad que un gato normal. Pero una vida como
gato implica no tener las ventajas de un ser humano, como tener contacto con la
tecnología o realizar estudios de lo que uno deseé. Supuestamente, Haru puede
dudar durante unos momentos de si aceptar la propuesta o no. La vida humana
puede ser algo estresante, siempre trabajando o estudiando, con preocupaciones
constantes. Un gato tan sólo tiene que tener la preocupación de conseguir
comida, disfrutar la vida y atender a las necesidades cotidianas. Si la comida es
proporcionada fácilmente, el gato tan sólo tiene que entretenerse. Haru,
gracias al Barón y a Muta, decide al final declinar cualquier oferta de
quedarse como felina, pues le espera una larga vida como chica y futura mujer.
La película, sin
duda, es una obra maestra felina. No sólo la historia, sino también el trazo de
dibujo es bastante hermoso. Se nota que dedicaron bastante tiempo para acabar
algunos detalles. Además, la banda sonora acompaña muy bien durante toda la
historia. La canción final, Kazi ni Naru, está muy bien hecha. Película muy
recomendable. Incluso a un amante de los perros le puede gustar esta película
tan felina.
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