Sueños. Todos soñamos. Incluso los animales sueñan. Puede ocurrir que
alguien no se acuerde de los sueños, pero cuando nuestro cuerpo entra en la
llamada Fase REM, tiende a soñar, a pensar de forma inconsciente. ¿Qué pasaría
si hubiera forma de entrar dentro del sueño de otros? Se podrían averiguar
secretos escondidos de la gente. En eso se basa especialmente la película Inception, traducida como Origen en España, estrenada en 2010 y
con Leonardo DiCaprio interpretando al personaje principal de la historia. En
la parte trasera de la caja de la versión en DVD, se puede leer lo siguiente:
“El aclamado cineasta Christopher
Nolan dirige un reparto internacional en esta espectacular película de ciencia
ficción, que nos hará viajar por todo el mundo y nos adentra en el mundo de los
sueños. Dom Cobb (Leonardo DiCaprio) es el mejor en el peligroso arte de la
extracción: roba valiosos secretos desde la profundidad del subconsciente
durante el sueño, momento en el que la mente es más vulnerable. La excepcional
capacidad de Cobb le ha llevado a ser un codiciado jugador en este nuevo mundo
de espionaje corporativo, pero también le ha convertido en un fugitivo
internacional y le ha hecho perder todo lo que le importaba. Ahora se le ofrece
una segunda oportunidad. Un último trabajo que podría devolverle su vida anterior
si logra lo imposible: insertar una idea en la mente en vez de robarla. Si
tiene éxito, Cobb y su equipo de especialistas podrían llevar a cabo el crimen
perfecto. Pero ni su cuidadosa planificación ni su experiencia pueden preparar
al equipo para el peligroso enemigo que parece conocer de antemano cada uno de
sus movimientos. Un enemigo que solo Cobb podría prevenir.”
(Cuidado: spoilers.) En un momento en el que se ha logrado crear una
máquina para poder introducirse en los sueños de otras personas, se crea un equipo
de ladrones de secretos. Pero, en esta ocasión, se les da un último trabajo
bastante importante: en vez de robar información, introducir una idea en el
subconsciente de un empresario. El equipo está dirigido por Dom Cobb. Dom, en
un pasado, consiguió vivir una vida alternativa con su mujer. Lograron entrar
en un sueño de un sueño de un sueño, es decir, llegar a un tercer nivel de
sueño. En este nivel, pudieron crear la vida que ellos quisieron. Vivieron una
gran vida. Al volver a la realidad, a la mujer no le pareció suficiente y le
entró la idea de que si se suicidaba volvería a lo que ella consideraba su
verdadera vida, aunque realmente era el sueño. Así que se suicidó. El problema:
a Dom se le aparece de vez en cuando la idea de su mujer en sus propios sueños
y ello peligra l cualquier situación en la que puedan estar. Para la misión,
contratan a una arquitecta, que demuestra que se le da bien construir
escenarios en los sueños de otros. La misión parece ir más o menos bien. Logran
introducir la idea al empresario. Pero Dom se queda atrapado en un sueño de
tercer nivel, aunque él no lo sepa.
Una de las curiosidades de esta película es el poder vivir una vida alternativa
a través de los sueños. Lo más curioso es que a uno puede llegar a un tercer
sueño en poco tiempo y vivir una vida muy larga como a uno le plazca. En la
realidad, ello equilibraría a poco tiempo, quizás unas horas. Gracias a esta
tecnología, hay gente que prefiere vivir la vida en sueños que vivir la vida en
la realidad. Consumen sus vidas en sueños. Sí, en un sueño uno puede disfrutar
de fantasía o de ciencia ficción. Si uno puede manejar sus sueños, puede
disfrutar de una buena vida, pero en la realidad el cuerpo se real se estará
deteriorando.
Otro punto muy importante en esta película: el ancla. ¿Qué es un ancla? Es
un elemento que en la realidad tiene una función o es de una forma concreta,
pero en el sueño se ha diseñado para que haga otra cosa o sea ligeramente
diferente. Esto es para controlar la situación de uno mismo, poder situarse y
comprobar que realmente sigue siendo un sueño. Todo ello es para evitar suicidarse
en la realidad, ya que una forma de salir de un sueño, cuando uno está
atrapado, es suicidándose. Pero hay que tener mucho cuidado y comprobar que sea
un sueño y no la realidad. De ahí la importancia de tener un ancla. El ancla de
Dom es una peonza. Si se gira la peonza y acaba parándose, es la realidad. Si,
por el contrario, es un sueño, seguirá girando sin parar. Por ello es
importante tener un ancla. Aunque esto también se podría trasladar a la
realidad: de una forma u otra, necesitamos un ancla, algo a lo que no terminar
locos o desquiciados cuando las cosas van mal. Si tenemos a alguien a quien
cuidar o alguien que nos cuide o alguien a quien amar, tendremos una buena
ancla. El problema: si ese alguien muere o nos deja, peligra la vida sin un
ancla, por lo que hay dedicar un tiempo a intentar anclarse de nuevo, para no
perder la esperanza e intentar desaparecer de este mundo por el dolor.
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