Jim Carrey interpretó a muchos personajes graciosos en un pasado. Películas
tales como Mentiroso compulsivo, La Máscara, El Show de Truman, Dos tontos
muy tontos o Como Dios son
ejemplos de ello. Pero hay una saga de películas, que tan sólo fueron dos en un
pasado, que destaca algo más que las demás: Ace Ventura. En la segunda parte,
estrenada en 1995, Ace Ventura: Operación
África, se hizo bastante popular por algunos momentos muy graciosos. En la
parte trasera de la edición en DVD en caja de cartón, se puede leer lo
siguiente:
“En las profundidades de la jungla
africana, el detective Ace Ventura se encuentra tras un difícil caso, tratando
de rescatar a un animal que detesta: ¡el horripilante murciélago sagrado de los
Wachutu! Jim Oarrey regresa como Ace, el detective de mascotas inmune al dolor
y ciego al temor. Dando gritos de elefante y enredando como los monos, Ace es
el maestro del camuflaje. Si quieres disfrutar como una manada de hienas y
descubrir al animal que llevas dentro, responde a la llamada de la selva.”
(Cuidado: spoilers.) Ace Ventura, detective de mascotas, fracasa en el
rescate de un mapache. Ello le lleva a ir a alcanzar la luz espiritual en un
alejado monasterio tibetano. Viene Fulton Greenwall, corresponsal británico que
trabaja para un cónsul en Nibia, África. solicitando ayuda para localizar al
murciélago blanco sagrado, Shikaka, para un pueblo de indígenas, los Wachutu, a
cambio de 2.000,00 $. El maestro monje le convence que se vaya en la búsqueda
obsequiándole su amuleto, que le costó 80 años conseguirlo (los monjes están
hartos de que esté entre ellos). Accede y van a buscarlo, junto a su mono Spike.
El cónsul, un personaje extravagante que no es amante de los animales, es quien
le ha contratado. Van a visitar a los Wachutu. Estudia el caso, aunque a Ace no
le gustan los murciélagos. Es más, tampoco le gusta la comida de los Wachutu,
pues es guano, excremento de murciélago. Debe encontrar a Shikaka, para evitar
una guerra entre los Wachutu y los Wachati. En una celebración nocturna, la
princesa de los Wachutu provoca a Ace, quien teóricamente está exento de toda
provocación mundana, algo que es mentira. Poco a poco, va encontrando pistas de
un cuervo, que es del ayudante del cónsul. En la selva, es paralizado con
dardos envenenados. Piensan que ha sido la tribu Wachati, por lo que va a
visitarlos. Debe superar varias pruebas para evitar la muerte. Una de las
pruebas es enfrentarse al héroe de la tribu, que es el prometido de la princesa
de Wachutu. Aunque no gana la pelea, le perdonan la vida porque les hacen reír.
Se da cuenta que no fueron ellos quienes la atacaron con dardos. Captura al
ayudante del cónsul y consigue que hable mediante tortura. Shikaka lo tienen
unos cazadores furtivos que fueron contratados por el mismo cónsul. Es
capturado por los cazadores furtivos y lo llevan ante el cónsul. Ace les
declara la verdad que ha averiguado: el cónsul quiere que las tribus se
destruyan entre ellas para acceder al guano, un producto del que puede sacar un
gran negocio. Logra huir con un elefante. Vuelve con la ira de la selva y
destruyen el consulado. Logra liberar al murciélago y encerrarlo en el lugar
sagrado, evitando así el enfrentamiento entre las dos tribus. El cónsul es
atrapado y violado por un gorila cuando huye de las tribus que le reconocen y
van en su búsqueda. El héroe de la tribu Wachati tiene relaciones con la
princesa de Wachutu, pero sale indignado porque detecta que no es virgen. Le
atribuyen la culpa a Ace, que huye.
Es una película realmente alocada, con muchas escenas realmente
perturbadoras que hacen mucha gracia. Una de las más significativas es cuando
espía al ayudante del cónsul dentro de un rinoceronte mecánico. Dentro del
rinoceronte, se le apaga el ventilador, que era lo único que le protegía del
calor de la sabana. Empieza a asarse. Se desnuda. El calor le está abrasando.
Intenta salir y la puerta se ha atascado. El único punto por el que puede salir
es por un agujero que coincide con el culo del rinoceronte. Justo cuando está
intentando salir, aparece un grupo de turistas y se quedan para ver lo que ellos
consideran un parto de un rinoceronte hembra. Pero ven el espectáculo, que les
da asco y huyen. Es uno de los mejores momentos de la película, en la que uno
puede reír a pierna suelta. Otro momento gracioso es cuando averigua que al
decir el nombre del murciélago sagrado, Shikaka, se inclinan los indígenas. Usa
de vez en cuando esa técnica para obligarles a que se inclinen, pero empieza a
decir palabras que se parecen al nombre de Shikaka, pero diferentes, para ver
si se equivocan. El jefe de la tribu Wachutu se equivoca y Ace lo expulsa por
ello, como si de un juego se tratase. También es graciosa esta parte. Se
podrían mencionar otros muchos momentos de esta película que realmente son
bastante graciosos, pero es mejor ver la película, porque, en este caso, más
vale una imagen que mil palabras.
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