En un pasado, en
Binissalem, cuando era pequeño, no solía recorrer por fuera del pueblo. Uno de
los puntos extremos que no solía cruzar era las vallas del tren. Pero un amigo
me dio la idea de poner una moneda en las vías del tren y esperar a que pasase.
Si todo iba bien, con la velocidad y el peso del tren, la moneda quedaría
totalmente aplastada. En una prueba, así lo conseguimos. A pesar de que la
moneda ahora no sé dónde está, sí que hicimos otra prueba con un pequeño clavo
torcido.
Teniendo en cuenta
que tenía bastante grosor, quedó realmente aplanado, igual que como quedó la
moneda. Ciertamente, el peso y la velocidad de un tren pueden impactar de una
forma brutal en los elementos. Ser atropellado por un tren seguramente es una
muerte segura y rápida. Hay que tener cuidado con estas cosas.
Durante largos
años, el trocito de hierro se ha mantenido guardado en una carpeta. Hoy por fin
se muestra públicamente. Es simplemente una niñería del momento y una
curiosidad científica. Si alguien lo hace, es recomendable hacerlo con mucho
tiempo de antelación y nunca cuando las vallas del tren han bajado, pues el
tren está próximo y podría ocurrir algún accidente.
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