En un pasado, al no
tener consolas, hacía lo posible para poder divertirme. Una de las formas
habituales fue jugar a juegos de papel: tres en raya, cuatro en raya, el juego
de las líneas, juegos tipo Scattergories, etc. Uno de los juegos que de vez en
cuando jugaba, que simplemente era una especie de solitario, fue el del “Juego
de los cuadritos”.
El “Juego de los
cuadritos” trata simplemente de crear un cuadro y dividir el cuadro en los
cuadros que deseemos, siempre de una forma lineal y exponencial. Luego, contar
cuantos cuadros hay de los diferentes tamaños posibles. Esto tiene un truco y
es contar las diferentes potencias de dos que hay entre las diferentes
posibilidades. Por ejemplo, en un cuadro de 10x10 se pueden contar un total de
385 cuadros.
Para alargar el
juego de una forma brutal, también se puede hacer lo mismo creando triángulos
entre todos los cuadrados, de tal forma que cada cuadradito tenga un mínimo de
4 triángulos. Luego se trata de contar todos los triángulos posibles que hay,
de todos los tamaños. Esta parte del juego es mucho más complicada y uno puede
acabar harto, pues ya no es tan fácil y puede superar tranquilamente los 1000
triángulos. Sólo de triangulitos pequeños ya hay 400.
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