¿Quién nacido en
los años 80 o principios de los años 90 no se acuerda de las Manos Locas? Fue
un producto muy usado en aquella época. Unos elementos de plástico pegajoso con
una cuerda, del mismo material, que estaba unido a una figura, normalmente una
mano. Al tirarlo a la pared, iba bajando poco a poco. También se podía lanzar
contra el techo y poco a poco iba bajando. Dependiendo de la fuerza usada al
pegarlo en la pared o en el techo, tardaba más o menos tiempo en estar pegado.
El problema era que estos elementos se llenaban de restos de polvo o de basura
en muy poco tiempo. Para solucionarlo, simplemente se usaba agua y jabón. Los
que eran de buen material, al limpiarlos, aún se podían usar como si fueran
nuevos; los que no, el uso era más reducido, es decir, que no se quedaban tanto
tiempo pegados.
La empresa DISGO S.A. distribuyó unos elementos
muy similares a las Manos Locas. Se trata de unas arañas, que podríamos llamar Arañas Locas. Son de diferentes colores
y hacen exactamente el mismo efecto que las Manos Locas. Estas venían bien
protegidas en unas pequeñas bolsitas y se podían conseguir en papelerías o en
kioscos por poco precio, normalmente 50 pesetas o quizás un poco más. En las
bolsitas se puede ver que no se recomienda para menores de 3 años, aplicando
una norma bastante antigua para los juguetes de tamaños reducidos, para evitar
que fueran ingeridos por menores. A continuación se pueden ver un par de
ejemplos, uno de color azul y otro de color naranja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario