Continuación de la anterior entrada. A continuación se muestran los títulos
de los cuentos, con los/as escritores/as correspondientes, y un pequeño resumen
de cada uno de los cuentos, mostrando al final la foto del susodicho pequeño libro.
El calamitaeróstato (José Antonio Panero).- Un hombre bajito
es un inventor de aúpa. Entre muchos de los inventos que hizo, se le ocurrió el
calamitaeróstato, un globo de aire que funciona con los sueños de los demás.
Una vez logró montarlo, pidió a sus conocidos que fueran contando sus sueños al
invento y el globo se fue hinchando. El inventor se sube a su propia obra y
como lastre activó un mecanismo que hizo que todo el hierro cercano se pegase
al globo, llevándose con él piezas de guerra… quien sabe, podría ser una forma
utópica y fantástica de eliminar las guerras…
La media roja (Hilda Perera).- Una niña es elegida como
la protagonista de una obra de teatro en la que tenía que bailar. En mitad de
la obra, una media roja se le va bajando y molestando durante su actuación. Se
morió de vergüenza, pero no paró hasta finalizar. Nunca más volvió a bailar,
pero se convirtió en una gran escritora.
Un mensaje en una botella (Carlos Puerto).- Un mensaje muy curioso
del hermano gemelo de Robinson Crusoe, el cual estaba harto de que lo
confundiesen con él, hasta que decide irse a una isla a vivir solo. La carta
que escribe es para que no lo vayan a buscar.
¡Mecachis! (Llorenç Puig).- Una carta que escribe un
alumno castigado a su profesor. Le cuenta las verdades del porqué había sido
castigado en todas las ocasiones. Es curioso, pero muchas de las veces no era
culpa suya. Mientras está escribiendo la carta, a ordenador, se le desconfigura
el teclado y empieza a escribir mal, terminando la carta con el ¡Mecachis!,
título del cuento.
Caracolerías (Fernando Pulin Moreno).- Un caracol
chistoso suele contar un cuento a toda la comunidad bichil de la zona. Para
ello, suele anunciarlo con bastantes días de antelación. El chiste es de esos
chistes malos. Algunos de los bichos le discuten el chiste y al final cuenta
otro que hace que le miren con ojos comestibles. Y se va de la zona.
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