Colección Recuerdos: IES Pau Casesnoves. 4º ESO. Ciències Socials, Geografia i Història. S’ALTRA SENALLA

En un pasado, una de las actividades que más me gustaba de los colegios o los institutos eran las salidas didácticas. Actividades fuera del centro educativo que nos daban un respiro al aburrimiento de las clases del día a día. Eran momentos bastante esperados. Algunas veces eran excursiones a la montaña. Otras excursiones a la playa. Lo importante era que eran actividades fuera de las aulas, pero en horario lectivo. 4º de ESO, curso 2000-2001, lo hice en IES Pau Casesnoves, un centro educativo en Inca, una ciudad de Mallorca (Islas Baleares, España). En dicho curso no recuerdo que hiciéramos muchas salidas, pero sí que recuerdo una muy concreta. Fue una salida didáctica que hicimos en las horas de Ciències Socials, Geografia i Història. Fuimos a una tienda llamada S’ALTRA SENALLA. Esta tienda estaba ubicada entre la Església de Santa Maria d’Inca y la Plaça d’Orient. Era una pequeña tiendecita de Comerç Just. En aquel momento, había diferentes tiendas orientadas a ayudar al Comercio Justo, en las diferentes localidades de las Islas Baleares: Palma, Inca, Manacor, Maó, Ciutadella y Alaior. En esta tiendecita nos contaron lo que hacían y la razón por la que lo hacían: ayudar a grupos de trabajadores organizados de las comunidades más pobres de los países del sur. Estas organizaciones de productores deben cumplir con los siguientes criterios: sueldos y condiciones de trabajo dignas, sin explotación infantil, igualdad entre hombres y mujeres, respeto al medio ambiente, etc. Nos facilitaron un tríptico con más información de la tienda, en la que se puede ver que trabajaban en alimentación, textiles y artesanía. También otro tríptico de otras tiendas relacionadas con el PROUDCTO NATURAL. Para más información, también pudimos conseguir el BUTLLETÍ NUM. 13 de abril de 2001, un periódico con información sobre el comercio justo.

Esta tienda duró poco tiempo. Tuvo una repercusión importante en diferentes centros educativos, para intentar fomentar la compra de productos artesanales y de consumo justo. El problema: el elevado precio. Personalmente, en dicha tienda, compré una tableta de chocolate, pero me costó un elevado precio, creo recordar unos 5,00 € por una tableta de chocolate de 100 g. Ciertamente, la motivación fue aportar un pequeño grano de arena a una causa justa, pero es difícil ayudar cuando uno tiene que luchar por su propia supervivencia. Si los precios de los productos fueran tan elevados, no podríamos sobrevivir. Si para ayudar a otros, nosotros nos tenemos que privar de una vida digna, algo está fallando en el sistema. Evidentemente, son los gobernantes de los países y las asociaciones con altos recursos económicos los que tendrían que ayudar a las personas necesitadas. Además, nunca se sabe qué proporción del dinero pagado realmente llegará a las personas necesitadas, pues primero se pagarán los sueldos de aquellos que están trabajando en ayudar a otras personas. Por ello, una ONG sólo debería ser sufragada públicamente, pero los trabajadores deberían ser voluntarios, personas que ayudasen sin cobrar. Por desgracia, una utopía.