Viajes en el tiempo, déjà vu, viajes entre dimensiones, viajes por el
universo… la ciencia ficción siempre ha sido muy llamativa, en las que se
contemplan posibilidades que muchos quizás desearíamos para nosotros mismos.
Una de las películas llamativas sobre avances tecnológicos es la de Código fuente, dirigida por Duncan
Jones y estrenada en 2011. En la parte trasera de la edición en DVD, se puede
leer lo siguiente:
“El capitán Colter Stevens (Jake
Gyllenhaal), héroe de la guerra de Irak, es enviado a través del tiempo,
durante 8 minutos para intentar evitar que estalle una bomba alojada en un tren
con dirección a Chicago. Se despierta de un sobresalto en el interior del tren.
Aunque todos los demás pasajeros parecen conocerlo, él no tiene absolutamente
ninguna idea de dónde está, ni incluso quién es. Tendrá varias oportunidades
para evitar el desastre, mientras descubre la importancia de su misión.”
(Cuidado: spoilers.) Colter Stevens, un capitán de vuelo, es enviado ocho
minutos a través del tiempo para averiguar la identidad del terrorista que
explotó un tren. Mediante un sistema informático avanzado, Stevens es enviado a
la mente de otra persona, una persona que murió en un atentado terrorista a un
tren. Stevens conoce a una joven viajera. El problema: cada vez que viaja al
momento en el que siempre se despierta en el tren, al cabo de los 8 minutos,
explota el tren y vuelve a una especie de cabina. Desde ahí, se puede comunicar
con una militar que le va solicitando información y le recuerda su misión de
encontrar al terrorista. Después de muchos intentos y de romper algunas de las
reglas que le cuentan, llega a averiguar que puede cambiar el pasado. Al final,
es capaz de conseguir saber quién es el terrorista. Mientras estaba en su
misión, es capaz de averiguar información sobre que él está muerto. Realmente
no es así, sino que está en un coma inducido, aunque casi no tiene cuerpo. Está
siendo mantenido con vida para que el proyecto de Código fuente pueda seguir funcionando. Le pide a la militar que le
vuelva a enviar. Incumpliendo órdenes directas, lo hace. Stevens vuelve a
despertar en el tren y soluciona el problema en esa realidad. Según la militar
y el comandante encargado del Código fuente, estas realidades que vive no
existen. Pero se equivocan. Cada vez que es enviado al tren mediante el
sistema, es enviado a otra dimensión paralela. Gracias a la militar, muere en
la realidad original y puede mantener su vida en la nueva realidad.
¿Os imagináis que se pudiera viajar a otras dimensiones? No sólo eso, sino
viajar a otra dimensión y retroceder en el tiempo lo suficiente para poder
cambiar la vida de uno radicalmente. Existen muchas teorías de viajes en el
tiempo, en el que ello puede ocasionar problemas, pero también hay otras
teorías en las que los viajes en el tiempo acaban siendo la mejor solución a
ciertos problemas personales o incluso mundiales. En esta historia, se viaja
ligeramente en el tiempo, pero se crea una realidad alternativa cada vez que se
activa el Código fuente. En esta
película, además, también se ve una posibilidad a la muerte. Si uno está a
punto de morir, podría pasar a vivir otra vida en otra realidad alternativa.
Ahora bien, ¿qué ocurre realmente con la persona en la que ha dominado su
cuerpo? Este punto queda sin determinar. El personaje al que sustituye Stevens
es un profesor, que está viajando con una posible compañera, de la que hay una
atracción previa, pero aún ni tan siquiera estaban saliendo. Poco se sabe del
pasado de esta persona. ¿Tenía familia? ¿Tenía vivienda? ¿Tenía
responsabilidades? Sin querer, Stevens le roba la vida a una persona. ¿Qué
ocurre con la mente original del profesor al que le roba la vida? A saber…
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