Cuando estaba
haciendo el curso de Formación Profesional de Grado Superior de Administración
de Sistemas Informáticos en el IES Pau Casesnoves, un antiguo amigo me dijo de
ir de viaje a Londres, pues me dijo que él ya había ido por muy bajo precio.
Invité a varios compañeros de clase a venir con nosotros. Tan sólo nos costó
17,00 € ir a Londres y volver. Lo más costoso fue el hospedaje.
En Londres,
como recuerdo, pude hacerme con muy pocas cosas. Un artículo que no pude
llevarme íntegro fue una crema de chocolate de Cardbury. Para poder llevarme la
crema, hice bocadillos de pan de molde. De esta forma, logré que mi familia
pudiera probar dicha crema, que está excesivamente buena, especialmente cuando
se unta en pan de molde tostado.
Como recuerdo,
también me compré una camiseta de Los Cazafantasmas. En el mismo mercado, que
abundaban los discos de vinilo, también compré un reloj de bolsillo. Andaba buscando
uno desde hacía tiempo. Ahí encontré uno con un emblema de un dragón chiono.
Ello me provocó comprarme dicho reloj, pues siempre me han gustado los
dragones. Me costó unas 30,00 libras. El reloj lo estuve usando durante una
temporada, especialmente cuando estuve cursando el curso de Administración de
Sistemas Informáticos, pero lo dejé de usar porque hay que estar dándole
cuerda. Evidentemente, es un reloj de bolsillo como toca, es decir, no necesita
pilas. Tan sólo con la maquinaria que lleva en su interior, es funcional al 100
%. Es una pasada como la ingeniería humana ha logrado semejante artilugios que
no necesitan energía de ningún tipo, sino tan sólo una maquinaria y una
mecánica que haga funcionar el dispositivo. Debido a que actualmente el uso del
móvil es lo más habitual, y los móviles llevan un reloj digital, ya no uso el
reloj de bolsillo, pero no estaría mal llevarlo de vez en cuando.
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