En 1998, Wizards of the Coast distribuyó la expansión Éxodo (Exodus) de Magic
the Gathering, la tercera colección del bloque Tempestad (Tempest). El símbolo
de esta colección es un puente. Al igual que la anterior expansión, esta
colección consta de 143 cartas, sin tierras básicas.
A diferencia de Tempestad y Fortaleza, Éxodo no incluye fragmentados. Pero
sí que hay muchas cartas interesantes y con imágenes muy bien realizadas. Se
nota un gran trabajo por parte de varios ilustradores conocidos, tales como Ron
Spencer o Rebecca Guay. En esta colección hay cartas que han sido muy conocidas
y jugadas en muchísimos mazos desde que aparecieron, como Paladin en-Vec,
Forbid, Carnophage, Recurring Nightmare, Price of Progress, Oath of Druids,
Reclaim, Survival of the Fittest, Coat of Arms, City of Traitors, entre otras.
En esta colección aparecieron los “juramentos”, en inglés oath. Hay uno de
cada color, pero el mejor o el que ha sido más jugado es el verde: Juramento de
druidas. Es un encantamiento que equilibra la zona de juego en lo referente a
criaturas. Si un jugador tiene menos criaturas que el oponente, puede revelar
cartas de la biblioteca hasta que revele una carta de criatura y ponerla en
juego y el resto de cartas en el cementerio. Esto puede tener un gran uso en combos.
Otra carta digna de nombrar es Coat of Armas, “Escudo de armas”, un
artefacto que entra por 5 incoloros, que proporciona a todas las criaturas
+1/+1 por cada otra criatura del mismo tipo que esté en juego. Hubo una época
que este artefacto fue muy usado, especialmente en mazos de trasgos, elfos y
fragmentados. Al menos se llevaban un par en el mazo. Cuando salía, la partida
estaba casi ganada.
Recurring Nightmare, “Pesadilla recurrente”, es otra carta que fue muy
jugada en mazos Reanimator. Un encantamiento que tiene un coste de 2 incoloros
y uno negro. Una vez en juego, el propietario puede sacrificar una criatura y
devolver Pesadilla recurrente a la mano para poner una carta de criatura del
cementerio en juego. Es decir, que luego se podrá volver a poner en juego el
encantamiento para volver a resucitar a una criatura si se desea, con el coste
de sacrificar otra criatura. La ventaja es que se puede sacrificar cualquier
criatura, como una rata o cualquier otra criatura que tenga un bajo coste de
ejecución. Así que, si se hace un buen mazo, por tan solo unos 4 manás uno
puede tener en juego verdaderas bestias. El inconveniente: sólo se puede jugar
la habilidad como un conjuro.
Además de mi colección completa que tuve en su momento, también tuve algunas cartas extras, como el Forbid, que tenía el playset, otra Pesadilla recurrente, playset de Juramento de druidas, otra Supervivencia de los fuertes (Survival of the Fittest), entre otras pocas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario