Y llegamos a la vigésima novela de la saga Mundodisco, de Terry Pratchett, aunque en la editorial
DeBolsillo la numeraron como la vigésimaprimera. El título se llama PAPÁ
PUERCO. Sólo con el título uno puede imaginarse de qué puede ir. Sí, la historia
está muy relacionada con Papá Noel, el ser ficticio de nuestro mundo, que envía
regalos a los niños cada Navidad.
“Es la Vigilia de los Puercos, la
fiesta invernal que marca el año nuevo en el Mundodisco. Los niños duermen y
esperan que Papá Puerco baje por la chimenea y les deje sus regalos. Sin
embargo, algo extraño está ocurriendo. El visitante no es un anciano tripudo de
barba blanca. Recuerda más bien a un esqueleto. No se aclara mucho con el
almohadón qu lleva atado a la cintura debajo del traje rojo. Exclama «¡JO,
JO, JO!» en tono fúnebre y parece más acostumbrado a usar
la guadaña que a repartir caramelos dentro de los calcetines. Pero alguien
tiene que hacer el trabajo, porque Papá Puerco está… bueno, a falta de la
palabra mejor, muerto. Y si para mañana por la mañana no creen en él las
suficientes personas, el sol no asomará por el borde del mundo. En esta novela
(que debería llevar un aviso en portada por su tremanda adictividad) el destino
del Mundodisco queda en manos del auténtico sentido de la fiesta más entrañable
del calendario, que es poner regalos bajo el árbol y comer hasta reventar. ¿O
era la paz y la buena voluntad? Quizá su sentido último sea otro, olvidad hace
tiempo.”
Es otra novela de La Saga de La Muerte. En esta ocasión, la Muerte
sustituye a Papá Puerco, quien está en peligro por los Auditores de la Realidad
(los mismos que intentaron destruir a La Muerte). Si la Muerte no consigue que
vuelvan a creer en Papá Puerco, podría no salir el sol de nuevo, con lo que
podría ser la destrucción de Mundodisco (o al menos de la vida que hay).
Albert, el sirviente de la Muerte, le ayudará en su cometido. Este fue un mago
que consiguió convertirse en el sirviente de la Muerte antes de morir y, por lo
tanto, es inmortal, siempre y cuando se conserve en el universo paralelo de la
Muerte en el que no pasa el tiempo. Ahora bien, le queda algo de tiempo de
vida; en esta novela desperdicia un poco de dicho tiempo y pasa a quedarle
bastante poco.
Aunque hacen demasiadas alusiones a la Navidad de nuestro mundo, es una
historia bastante curiosa. Realmente Terry Pratchett parodia las típicas
historias ficticias que se les cuentan a los niños, como el Hada de los Dientes
(sería como eel Ratoncito Pérez), e incluso añade algunas nuevas, que son “reales”
en Mundodisco. Por ejemplo, existe el Hada de la Felicidad y el Dios de las
Resacas, entre otros personajes antropomórficos.
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