El undécimo libro de Mundodisco, de Terry
Pratchett, es EL SEGADOR. ¿A quién puede recordar este nombre? Sí, a la
Muerte, de los seres más temidos en Mundodisco, pues es quien tiene controlados
a todos la hora de su muerte. Es bueno tener en cuenta que la editorial
DeBolsillo lo puso como el duodécimo libro de Mundodisco, cuando es el
undécimo.
En la parte trasera del libro se lee lo siguiente: “La muerte ha desaparecido. Se la supone… ejem… en otro lado. Lo que
lleva al tipo de caos que siempre se produce cuando un servicio público es
retirado. Mientras tanto, en una pequeña granja lejos, muy lejos, un oscuro y
alto extranjero está demostrando ser realmente habilidoso manejando la hoz. Hay
una cosecha que recoger…”
Pues resulta que Azrael, señor de las muertes, le despoja de su cargo por
haber desarrollado personalidad, cuando no debería tan siquiera de tener
sentimientos. Le da un reloj de arena que marca el tiempo para la muerte de la
Muerte. Decide vivir la vida que le queda con el nomber de Bill Puerta. Conoce
a la Srta. Flitworth, una anciana dueña de una granja de las Montañas del
Carnero (sí, donde vive Yaya Ceravieja y algunas de las brujas, aunque la historia
no tenga nada que ver). Ahí hace su vida.
Mientras, un mago muere, Windle Poons, pero resulta que vuelve como
cadáver, pero “viviendo”. Es decir, vuelve como no-muerto. También pasan cosas
similares por la ciudad de Ankh-Morpork, como apariciones de fantasmas y otros
fenómenos. Todo ello porque la Muerte no está haciendo su trabajo y aún no hay
nadie que lo haga… al menos correctamente.
Aquí hace aparición la Muerte de las ratas, un personaje bastante gracioso,
que también ha conseguido cierta personalidad, distinta a la de la Muerte.
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