Disney, ya desde
finales de los años 30, ha ido estrenando películas de animación. Una de ellas
fue estrenada en una época en la que las historias de ratoncitos estaban siendo
muy populares, a finales de los años 80: BASIL
El ratón superdetective, estrenada en 1986. PANINI, sin duda, aprovechó la oportunidad para distribuir una
colección de cromos, que se podían conseguir mediante sobres en las papelerías
y quioscos. Para pegar los cromos, un álbum, el cual costaba 50 pesetas. La
colección cosnta de 225 cromos y en el álbum, a través de las páginas, se puede
leer la historia resumida, contada, en esta ocasión, por el doctor Dawson, el
que iba a ser el compañero de Basil. Durante las explicaciones de Dawson, se
pueden ver imágenes de la película a través de los cromos o de las
ilustraciones de fondo. En la primera página, justo detrás de la portada, se
puede leer un texto titulado GENIOS
GRANDES, GENIOS PEQUEÑOS:
“No es nuevo afirmar que los hombres padecen
de miopía congénita. No, no queremos dar a entender que todos los hombres,
mujeres y niños precisen ponerse gafas para ver más allá de sus propias narices.
Nos referimos a una miopía más bien… «cultural». Los hombres están convencidos de ser las únicas
criaturas inteligentes que viven en la faz de la tierra y, a menudo, prefieren
no ver lo que s ucede en el mundo animal.
Incluso un tipo considerado una especie de genio, ese Sherlock
Holmes sobre cuyas hazañas han corrido tantos ríos de tinta, no se dio cuenta
que tenía un vecino pequeño, pequeño, émulo de sus proezas. Y pensar que Basil
vive en el mismo palacio del ilustre inglés. Pero, ya se sabe, incluso los
ilustres tienen los defectos típicos de los mortales de a pie y un fulano como
Sherlock no soportaría tener que admitir que, sobre la faz de la tierra, hay un
investigador tan hábil como él. Pero es así. Por ello, si tenéis problemas que
resolver, personas desaparecidas que localizar, objetos robados que recuperar,
no dudéis en escribir a vuestro ratoncito. Su dirección es: Baker Street nº 221,
Londres, Inglaterra. Claro que está muy ocupado, pero intentaremos recomendarle
vuestro caso a través de los buenos oficios de su socio, el doctor David Q.
Dawson. Su amistad nació el día que… Pero dejemos que sea el propio Dawson que
os cuente esta historia.
¡Ah!, a propósito, es una historia que firma Disney.”