En 1998, se estrenó Dr. Dolittle, protagonizada por Eddie Murphy, sobre la
historia de un doctor que puede entender a los animales, un don que a veces
puede parecer una maldición. En 2001, se estrenó una segunda parte, Dr.
Dolittle 2, donde (cuidado: spoilers), al final de la película, se logra ver
que su hija mayor también tiene el don de entender y comunicarse con los
animales. En 2006, se estrenó la tercera parte, Dr. Dolittle 3, una historia únicamente sobre la hija de Dr.
Dolittle y en la que ya no aparece el actor Eddie Murphy, aunque se haga
referencia en varias ocasiones. En la parte trasera de la caja de la edición en
DVD, se puede leer lo siguiente:
“Maya Dolittle (Kyla Pratt) quiere
ser una adolescente normal, pero tiene un pequeño problemilla: que ha heredado
de su padre su insólita capacidad para hablar con los animales. Este don le
ocasiona innumerables dificultades con sus padres y está volviendo
completamente locos a sus amigos...
Durante unas vacaciones
veraniegas en un rancho para aprendices de vaqueros, Maya hace todo lo posible
por ocultar su singular talento y pasar desapercibida, pero cuando sus amigos
se encuentran en peligro, Maya, naturalmente, acude en su socorro de esa manera
tan peculiar que tienen los Dolittle: reclutando la ayuda de los escandalosos y
divertídisimos animales parlantes del rancho.
Con esta tercera entrega de
la popularísima serie de filmes del Dr. Dolittle, la diversión para toda la
familia está garantizada.”
(Cuidado: spoilers.) Maya Dolittle, la hija de Dr. Dolittle, tiene también
la habilidad de comunicarse con los animales. Pero está pasando por una
situación alocada. Es invitada a una fiesta y la lía por culpa de comunicarse
con animales. Su madre la manda al rancho de Jud, de aprendices de vaqueros,
donde ella también fue de joven y le fue muy bien. Va forzada, pero, desde el
principio, se queda prendada del hijo del dueño del rancho, Bo. Intenta rehuir
su don. Su perro la va a visitar, quien les dice a los demás animales que es
una Dolittle. Esto la pone en compromiso, porque los animales ahora quieren que
les ayude. El rancho, por otra parte, está pasando por un mal momento, pues no
tienen dinero para pagar las deudas y está a punto de ser comprado por un
fuerte competidor. Bo logró ser famoso en un pasado, por lograr el record de
aguantar en un toro, pero su padre Jud no quiere que vuelva a intentarlo por
temor a que su hijo pueda quedar tetrapléjico. Ahora bien, para salvar el
rancho, Jud al final accede a competir por la posibilidad de conseguir el
premio de 50.000,00 $ con el que podrían quedarse libre de deudas y salvar el
rancho. Maya al final habla con los animales y un caballo, que no se deja
domar, le dice que no quiere que los animales se vendan. El caballo coopera y
se deja montar para lograr salvar el rancho. Pero en una de las pruebas, la
amazona se cae y no puede volver a subir. Así que Maya sube al caballo domado y
consigue superar la prueba. Bo participa en la prueba de aguantar el toro y lo
logra, aunque por poco se queda tetrapléjico al caer.
Es una historia cómica, pero de menor calidad que las anteriores películas.
Sin Eddie Murphy, esta saga comenzó a bajar el ritmo. Sigue habiendo momentos
algo graciosos, pero ya no es lo mismo. La historia en sí está enfocada en los
ranchos y, por ello, aparecen más animales de granja, tales como gallinas y un
gallo, ocas y caballos, entre otros. El gallo del corral es un impotente que
necesita ayuda. Maya al final lo ayuda y las gallinas están más contentas de
tener a un macho que las monte. Por otra parte, está el perro de los Dolittle,
el cual fue salvado de ser callejero en la primera película de Eddie Murphy. El
perro, nada más llegar a la granja, conoce a una perrita, que es más bien una
perra pastora. Pero, al igual que en la anterior película, Dr. Dolittle 2,
conquista a la hembra, quedando bien claro que es un conquistador perruno.
De esta película, se puede sacar en claro un detalle muy importante: aunque
a veces en la vida no sepamos cuál es nuestro sitio, las circunstancias nos lo
pueden hacer ver. Un cambio de aire puede resultar primordial. Un cambio de
trabajo. Un cambio de localidad. Un cambio de vida. A veces es necesario para
ver lo que uno realmente necesita, lo que a uno realmente le puede hacer feliz.
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