En
el curso del año 2018-2019, hice el Máster de Profesorado en la UIB (Universitat
de les Illes Balears). Las prácticas del máster las hice en el IES Binissalem, un Instituto de
Educación Secundaria ubicado en el pueblo Binissalem, perteneciente a Es Raiguer,
una zona de Mallorca en las Islas Baleares.
De
las prácticas tengo bastantes buenos recuerdos, aunque también malos recuerdos
e incluso alguno triste. Aunque aún no era del todo profesor, pude conocer a
profesores que en breve me iban a tratar como un compañero más. En la misma
cafetería vi a una camarera que había visto en repetidas ocasiones en el IES
Pau Casesnoves, en la cafetería de dicho centro educativo. Fue curioso
coincidir de nuevo con dicha camarera. No cada día tomaba algo en la cafetería,
pero sí que durante las prácticas merendé con varios compañeros, empezando con
mi tutor de prácticas dentro del mismo centro educativo.
Aunque
debería haber hecho las prácticas de Formación Profesional, me tocó hacer prácticas
de ESO y bachillerato. Tuve que dar clases a 4º de ESO y 1º de bachillerato.
Ello era porque se supone que debía dar clases a diferentes niveles educacionales,
siempre y cuando fuera posible. Tuve un total de 4 grupos de alumnos, dos
grupos de 4º de ESO y dos grupos de 1º de bachillerato. Cuando me tocó dar las
primeras clases, fue a 1º de bachillerato. Las empecé dando en catalán, cuando
no domino al 100 % dicho idioma. No fueron para nada bien dichas primeras
clases. A los pocos días, tuve que dar las primeras clases a 4º de ESO. Ese día
fue fatídico para mí, pues me encontré con el hijo de un vecino que iba a
buscar a sus hijos al instituto. Sabía que al vecino le iban a hacer una
operación, un vecino dueño de una empresa importante en Binissalem, que en un
pasado me ofreció pertenecer a su empresa, una empresa familiar. Fue un honor
que me lo ofreciera. Él vio que lo hubiera dado todo, pero yo ya tenía claro
por aquel entonces que quería seguir estudiando. Durante largos años, me fue preguntando
por mis progresos. Él pudo ver todo mi progreso, los cursos que hice, los
avances en mi vida laboral y educacional. El problema fue cuando, en la puerta
del instituto, le pregunté a su hijo qué tal había ido la operación. Había
muerto. Me dolió muchísimo su muerte. Fue a mi tutor y le dije que no sé si
podría dar las siguientes clases, pero eran las primeras de 4º de ESO. Después
de pensármelo y llorar su muerte en los 15 minutos que tan sólo tuve para
pensármelo, me pregunté: ¿qué hubiera querido él? Así que me puse a dar las
clases, pero esta vez las di en castellano. Las clases fueron un éxito. Había
preparado un proyecto para motivar a los alumnos con gamificación y aprendizaje
basado en juegos. Y todo estaba yendo bien. Ahora bien, durante largos años me
ha dolido el pensar que no pude contarle que por fin había llegado a mi meta
final: ser profesor.
De
las clases que pude dar pude sacar en claro una cosa muy importante: las clases
de la asignatura TIC (Tecnología de la Información y la Comunicación) son
importantes para 4º de ESO, pues cuenta como una asignatura más, aun siendo una
optativa, pero para bachillerato no son importantes, pues en selectividad no
aparece un examen de informática. Por esta razón, los alumnos de bachillerato
no prestan tanta atención a las clases de TIC. En cambio, los de ESO sí que
colaboraron y se esforzaron.
Durante
las prácticas, vi algunos proyectos que hicieron los de ESO y bachillerato,
aunque especialmente colaboraban más los de ESO. Uno de estos proyectos fue uno
titulado “Ens sobra plàstic!!”, traducido como “¡¡Nos sobra plástico!!” En el
pasillo principal del instituto, en la parte derecha al entrar por la entrada
principal, hicieron un árbol de botellas vacías. Para este proyecto, primero se
solicitó conseguir estas botellas. Teóricamente bastó con las botellas que
consiguieron de las familias propias de los alumnos, aunque seguramente
profesores u otras personas colaboraron con este proyecto. Una vez conseguidas
las botellas, montaron el árbol. Ese mismo año también montaron un árbol de
botellas vacías, pero diferente, en la plaza de la Iglesia del pueblo. Todo
ello para intentar motivar a las personas que se debe consumir menos plástico,
pues el plástico es uno de los grandes problemas de este mundo actual. Guardo
un folleto que repartieron por este proyecto.
Como
he dicho, tengo buenos y malos recuerdos e incluso algunos tristes. Pero hay
que quedarse con todo, pues el todo es lo que hace que haya sido una experiencia
importante para mi vida. No sólo fue importante, sino que mi TFM (Trabajo Final
de Máster) se basó en el proyecto que apliqué a los alumnos que tuve cuando estuve
en prácticas en el IES Binissalem.
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