La saga de LA MÁQUINA DEL TIEMPO
consta de 24 tomos, numerados del 1 al 24 en el lomo, que fueron distribuidas
entre los años 1984 y 1990 por TIMUN MAS.
Son historias en las que el protagonista tiene el poder de viajar en el tiempo,
con tal de descubrir secretos del pasado. El título de la saga incluye un
hombre saltando entre un portal de tiempo, un icono fácil de identificar. Para
poder ambientarse en la historia, se dispone de las instrucciones del juego,
las cuatro reglas para viajar en el tiempo, la especificación de la misión, el
equipo, el banco de datos y la lista de datos. Las cuatro reglas para viajar en
el tiempo son las siguientes:
“1. No mates a ninguna persona ni
animal.
2. No intentes cambiar la
historia. No dejes nada del futuro en el pasado.
3. No lleves a nadie contigo
cuando franquees la barrera del tiempo. Evita desaparecer de un modo que asuste
a la gente o la haga sospechar.
4. Sigue las instrucciones
que te dé la máquina del tiempo y elige entre las opciones que te ofrezca.”
Cuando uno ya ha leído las instrucciones, puede introducirse en el juego,
pero antes deberá ver el quipo con el que se empieza en la aventura. Si se
desea, se puede leer el banco de datos, en el que se facilita una ambientación
de los años en los que se va a viajar. Además, si en las opciones se facilita
un icono en concreto, se puede ir a la lista de datos, donde se facilitan
pistas para poder decidir de una forma más acertada, pero sólo si se ha
prestado atención al banco de datos o a la información recogida a lo largo de
la historia.
El decimo quinto tomo de la saga de LA MÁQUINA DEL TIEMPO es EN BUSCA DE LAS CIUDADES DE ORO,
escrito por Richard Glatzer. En la parte delantera del libro ya se anuncia lo
siguiente: “Retrocede 470 años y lánzate
a la conquista del Nuevo Mundo para ir:” y luego aparece el título. En la
parte trasera se facilita algo más de información:
“AÑO 1513
Has viajado a través del tiempo a América, durante la Era de la Exploración
Española.
Estás buscando las siete
ciudades que, según se dice, son de oro. Caminas por los terrenos pantanosos de
Florida cuando, súbitamente, eres atacado por un grupo de furiosos cocodrilos.
¿Te enfrentarás a los
voraces animales o tratarás de nadar para salvar la vida? ¡Tu decisión puede
conducirte a un lugar seguro o dejarte
perdido en el tiempo!
¿ESTÁS DISPUESTO A PLANTAR
CARA AL PELIGRO?”
En el interior del libro se puede leer la misión de esta aventura:
“Tu
misión consiste en seguir a los exploradores del Nuevo Mundo en busca de las
legendarias Siete Ciudades de Oro, encontrar la capital de las Siete Ciudades y
traer la prueba de tu visita.
En 1447, un viajero
portugués llamado Antonio Leone desapareció en el mar durante una tormenta.
Regreso a Lisboa muchos meses más tarde, afirmando que había visitado siete
bellas ciudades de oro. El entusiasmo por el descubrimiento de Leone se
extendió muy pronto por toda Europa.
Después de haber descubierto
Colón el Nuevo Mundo en 1492, muchos exploradores partieron en busca de las
Siete Ciudades, pero sólo unos pocos sobrevivieron para contar sus historias.
Tu búsqueda empieza frente a
la costa de Florida, en una expedición al mando del español Pánfilo de Narváez.
¿Llegó a encontrar las Siete
Ciudades de Oro? Para resolver el misterio de esta asombrosa leyenda, ¡debes
convertirte en explorador y no reparar en riesgos!”
No fue nada bonito lo que ocurrió en un pasado. Por el afán de la
conquista, la esclavitud y la búsqueda de oro, se exterminaron tribus
ancestrales de América que habían vivido en armonía con la naturaleza. En este
libro tan sólo se ve un ápice de lo que ocurrió en un pasado. Los europeos
entrando en tierras ajenas, robando, asesinando, violando, esclavizando,
catolizando, etc. En este libro tan sólo se ilustra que hay que buscar aquellas
Siete Ciudades de Oro que tanto se mencionaron en un pasado. Pero, ¿había oro
realmente? Sí, había, pero tampoco había para tanta gente. Es un material muy
preciado el oro. Pero, ¿qué podría ser más preciado? La naturaleza, algo que se
ha mancillado y destruido por culpa del progreso, aunque más bien sería
retraso. Desde hace largos años, grupos ecologistas no dejan de luchar para que
no se contamine tanto. Si la humanidad sigue contaminando como hasta ahora,
quizás muchas especies se extinguirán, como otras muchas especies que ya han
desaparecido. Los indios de América pudieron convivir siglos con la naturaleza
sin que pasase nada. Sí, hicieron construcciones, como las pirámides aztecas.
Sí, vivían con una religión ancestral que no tenía ningún sentido, pues era
derivada de creencias obsoletas. Pero llegar y arrasar, de tal forma que
incluso desaparecieron pueblos enteros, es una gran pena para la humanidad.
Cierto es que la II Guerra Mundial fue lo peor que ocurrió en este mundo, pero
la devastación y la aniquilación del siglo XV tampoco se quedó atrás en lo
referente a la aniquilación y esclavitud de seres vivos, tanto humanos como
animales.
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