La saga de LA MÁQUINA DEL TIEMPO
consta de 24 tomos, numerados del 1 al 24 en el lomo, que fueron distribuidas
entre los años 1984 y 1990 por TIMUN MAS.
Son historias en las que el protagonista tiene el poder de viajar en el tiempo,
con tal de descubrir secretos del pasado. El título de la saga incluye un
hombre saltando entre un portal de tiempo, un icono fácil de identificar. Para
poder ambientarse en la historia, se dispone de las instrucciones del juego,
las cuatro reglas para viajar en el tiempo, la especificación de la misión, el
equipo, el banco de datos y la lista de datos. Las cuatro reglas para viajar en
el tiempo son las siguientes:
“1. No mates a ninguna persona ni
animal.
2. No intentes cambiar la
historia. No dejes nada del futuro en el pasado.
3. No lleves a nadie contigo
cuando franquees la barrera del tiempo. Evita desaparecer de un modo que asuste
a la gente o la haga sospechar.
4. Sigue las instrucciones
que te dé la máquina del tiempo y elige entre las opciones que te ofrezca.”
Cuando uno ya ha leído las instrucciones, puede introducirse en el juego,
pero antes deberá ver el quipo con el que se empieza en la aventura. Si se
desea, se puede leer el banco de datos, en el que se facilita una ambientación
de los años en los que se va a viajar. Además, si en las opciones se facilita
un icono en concreto, se puede ir a la lista de datos, donde se facilitan
pistas para poder decidir de una forma más acertada, pero sólo si se ha
prestado atención al banco de datos o a la información recogida a lo largo de
la historia.
El decimo cuarto tomo de la saga de LA MÁQUINA DEL TIEMPO es LA HOJA DE LA GUILLOTINA, escrito por
Arthur Byron Cover. En la parte delantera del libro ya se anuncia lo siguiente:
“Retrocede 200 años. Vive la Revolución
Francesa en:” y luego aparece el título. En la parte trasera se facilita
algo más de información:
“AÑO 1794
Has retrocedido en el tiempo hasta la época del Terror en Francia.
Te han acusado de traicionar
la Revolución Francesa. Una enardecida multitud te ha enviado a la guillotina
para que te ejecuten.
¿Intentarás convencer a la
masa de tu inocencia o procurarás escapar? ¡Tu decisión puede conducirte a la
salvación o a quedar perdido en el tiempo!
¿ESTÁS DISPUESTO A PLANTAR
CARA AL PELIGRO?”
En el interior del libro se puede leer la misión de esta aventura:
“Tu
misión consiste en encontrar el controvertido collar de diamantes que
contribuyó a desencadenar la Revolución Francesa.
En 1785 Francia estaba a
punto de arder en las llamas de la revolución. Ese mismo año el cardenal De
Rohan, encargó un collar de diamantes en nombre de la reina María Antonieta. El
pueblo francés supuso que el collar era otra muetra de espilfarro de la reina y
se indignó.
Estalló un gran escándalo.
La reina negó conocer la existencia del collar. Finalmente se demostró que el
cardenal se había propuesto regalar el collar a su favorita, la condesa de la
Motte.
El cardenal y la condesa
fueron castigados por este ardid. Poco después el enardecido pueblo francés se
sublevó y el collar desapareció.
Debes retroceder en el
tiempo hasta la Francia del siglo dieciocho para buscar el collar desaparecido
y averiguar qué papel jugó durante la Revolución Francesa. ¡Ten cuidado! ¡Esta
época fue una de las más turbulentas de la historia!”
Una misión bien peligrosa, pues en aquella época era fácil acabar condenado
a muerte en la guillotina. La historia es curiosa, pues por un collar de
diamantes el pueblo vio que realmente a los reyes y a las reinas no les
importaba realmente el pueblo, sino simplemente su propio bienestar. Siempre ha
sido así. La aristrocacia impone sus normas y leyes; son ricos y gran parte del
pueblo sufre pobreza. ¿Qué hicieron los franceses? En aquel momento, lo mejor
que se podía hacer: decapitar a los reyes y pasar a un estado democrático.
Aunque realmente la democracia que ha habido en este mundo nunca ha sido una
democracia real. Lo suyo sería que cada vez que se crease una ley el pueblo
pudiera decidir si le interesa o no, votando como corresponde. No que al final
un partido político sea votado, suba al poder y luego haga lo que le venga en
gana, incluso sin cumplir la gran mayoría de las promesas que hizo al pueblo.
Así no. En la democracia real cada ciudadano debería poder decidir si una nueva
ley debe imponerse o no, o incluso si hay leyes anteriores que sean injustas,
votar para eliminarlas.
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