Con el éxito de la primera película de Free Willy, se hizo una segunda
parte, titulada Free Willy 2: The
Adventure Home, título traducido en España como Liberad a Willy 2, estrenada en 1995, tan sólo 2 años más tarde que
la primera parte. No fue el mismo director que la primera quien llevó a cabo
esta segunda parte, sino Dwight H. Little, aunque igualmente mediante la
productora Warner Bros. En la parte trasera de la carátula de la versión en DVD
del año 2003, se puede leer lo siguiente:
“¡Vuelve Willy con más magia y diversión!
La ballena que conquistó a las familias del mundo entero regresa con una
increíble aventura “aún más espectacular que la primera” –New York Times.
Dos años después de haberse
dicho adiós, el joven Jesse y Willy, la impresionante orca de tres toneladas,
vuelven a encontrarse de forma inesperada durante unas vacaciones en el
Pacífico. Ahora Jesse tiene un travieso hermanastro, su primera novia y ¡vuelve
a reunirse con Willy su familia!
Pero su feliz encuentro se
ve amenazado por una catástrofe: un petrolero ha encallado cerca de la costa y
la fuga de petróleo puede acabar con Willy y su familia. ¡Pero para rescatarlos
Jesse tendrá que arriesgar su vida!”
En esta segunda parte, llega a la familia adoptiva de Jesse (Glen y Annie)
su hermanastro pequeño, Elvis. Su madre ha muerto y él le dice que nunca hablaba
de él. Se llevan a matar. Pero tenían planeadas unas vacaciones cerca del mar,
además de que estaría por la zona Randolph (August Schellenberg) y su ahijada
Nadine. Randolph le cuenta la buena noticia de que han localizado a Willy, que
está junto a su madre y a sus hermanas Luna y Little Spot. Jesse va con
Randolph y Nadine y puede volver a ver a Willy desde lejos, junto a su familia.
Jesse impresiona a Nadine, a solas, mostrándole que tiene amistad con Willy y atrayéndolo
gracias a su armónica. Elvis los ve e incluso interacciona con Little Spot, que
es muy joven, como él. Al poco tiempo, un petrolero encalla por la zona y
empieza una catástrofe, pues el crudo empieza a rociar la zona. Willy y su familia
está en peligro. Luna enferma y tiene que venir un equipo veterinario para
interactuar, pero Willy no les deja. El dueño del petrolero le pide ayuda para
que le pongan la vacuna y él promete que intentará ayudar. La veterinaria
principal consigue ponerle una vacuna, pero igualmente no mejora. Randolph,
junto a Jesse, van a buscar remedios caseros de sus ancestros, con raíces y
setas. Luna mejora, pero se están quedando atrapados por culpa del crudo. A
Elvis no le va muy bien, porque lo ignoran o no le dejan interactuar. Huye. Al
día siguiente, Elvis se entera en el bar que un busca fortunas le ofrece al
dueño del petrolero llevarse a las orcas para ganar millones de dólares. Elvis
va en busca de Jesse para contarle la verdad, aunque ya están a punto de
llevarse al menos a Luna. Jesse y Elvis intervienen, tiran al mar al dueño del
petrolero y al busca fortunas y logran liberar a Willy y a su familia. Luego
cogen una lancha para ayudarles a huir sin volver a encontrarse con el crudo.
El petrolero se incendia y también el crudo. Las orcas logran escapar pasando
por debajo, pero Jesse, Nadine y Elvis quedan atrapados entre el fuego. Un
helicóptero salva a Elvis y a Nadine, pero a Jesse no da tiempo. Willy, antes
de que se ahogue Jesse, lo salva y se despiden. Jesse y Elvis se hacen amigos,
diciéndole la verdad sobre su madre, que se arrepintió de haber abandonado a
Jesse y que no dejó de quererlo jamás.
La historia no está del todo mal, especialmente porque intervienen casi los
mismos actores y actrices que en la anterior película, algo que le proporciona
una verdadera continuidad a los hechos. Cuaja bastante bien el hermano pequeño
en esta historia, donde interactúan más orcas que la anterior vez, al menos 2
más: Luna y Little Spot. Además, la banda sonora tiene bastante similitud a la
anterior película, incluso con otra canción de Michael Jackson titulada Childhood, pero no tan buena como la de Will You Be There.
Si las normativas hubieran sido más duras en un pasado, se hubieran evitado
catástrofes como han ocurrido a lo largo del siglo pasado de vertidos tóxicos o
de crudo de los petroleros hacia el mar. Esto ha acarreado la muerte de
millones de seres vivos en el mar, pudiendo provocar la extinción de algunas
especies. Si para conseguir energía el ser humano tiene que arriesgarse tanto a
perder seres vivos que aún existen, debería indagar más en las fuentes de
energía más potentes del planeta: el sol, el viento y el agua. De cada vez más,
se están haciendo grandes esfuerzos para que la energía pueda ser ecológica y
así salvar más especies de la extinción. Ojalá podamos ver un mundo sin el uso
del petróleo, que de cada vez está haciendo más daño a este planeta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario