Supongo
que a todos nos gustaron los globos en algún momento de nuestras vidas. De
globos hay de muchos tamaños, colores e incluso se pueden ver o construir de
diferentes formas. Es curioso, porque simplemente es plástico que puede
inflarse mediante aire, normalmente expulsado de los pulmones, aunque también
se pueden inflar con aire comprimido. Ahora bien, no sólo están los globos que
se inflan con aire, sino también están los globos preparados para rellenarlos
de agua. Estos son los globos de agua.
Suelen ser pequeños globos y suelen venir de diferentes colores. Aún conservo
una bolsa sin abrir de 100 Globos de AGUA, fabricados por Globos Festival, s.a.
En la parte trasera de la bolsa se indica lo siguiente:
“Es recomendable utilizar inflador.
¡ADVERTENCIA! Los globos sin
hinchar o rotos pueden provocar ahogo o asfixia en niños menores de ocho años.
Es necesaria la vigilancia de una persona adulta. Los globos sin hinchar deben
mantenerse fuera del alcance de los niños. Hay que desechar inmediatamente los
globos rotos. Preservar este envase para futuras referencias. Globos de látex
de caucho natural.”
Estas
instrucciones están indicadas en varios idiomas. A pesar de estas
instrucciones, los niños a partir de 5 o 6 años solían utilizar estos globos de
agua. Era una actividad típica. Hinchar estos globos para jugar con ellos. El
juego típico era lanzárselos uno a otros y acabar empapados, pues explotaban y
mojaban todo a su paso. Lo suyo era jugar en una terraza o el campo.
Los
globos los compré por muy bajo precio. Por tan sólo 1,70 € se podía conseguir
una bolsa de 100 unidades. Compré dos. Una la tengo abierta y la otra aún está
sin abrir. La abierta la usé durante largos años para jugar con Nala, mi
perrita dálmata de manchas marrones sorda que tuve desde el 2009 hasta el 2022.
Solía jugar con ella lanzándoselos y ella se entretenía a cogerlos y
explotarlos. No se asustaba. Le gustaba mojarse cuando explotaban. Iba directa
a recogerlos, bien rompiéndolos con sus fauces o bien con las patas. Solía
primero jugar un poco con las patas, pero al final le pegaba un mordisco y
explotaban. Era divertido verla disfrutar.
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