Yuu Watase, una
ilustradora de mangas japonesa, se hizo muy famosa con la historia Shishunki Miman Okotowari (Niños no, gracias). Pero
también se hizo famosa con la historia Fushigi
Yugi (Juego misterioso). Fue publicada en la revista Shōjo Comic de la
editorial Shogakukan. La historia se divide en capítulos, normalmente de unos
seis capítulos cada manga. En la portada del décimo tercer tomo aparece Miaka
bien contenta, y Suboshi en la contraportada, una estrella de Seiryû. En el
interior, se puede leer lo siguiente:
“Atendiendo a la llamada de Yui, Suboshi ha
entrado en el mundo real y persigue a Miaka con su fuerza de Estrella de
Seiryû. El dios Suzaku ha sido sellado y Tamahome ha perdido sus poderes, pero
ello no le impide proteger a Miaka y derrotar a Suboshi. Por su parte, Yui
ignora los intentos de Miaka por explicarle la situación y decide atraer a
Nakago hasta su mundo… Éste es el tomo decimotercero de una popular aventura
fantástica.”
Además, en la
primera página, se incluye un resumen de lo ocurrido hasta ahora, que es el que
se puede leer a continuación:
“Un día, Miaka y Yui, amigas íntimas que
preparan los exámenes de entrada al instituto, encuentran en la biblioteca EL
UNIVERSO DE LOS CUATRO DIOSES, un libro antiguo a cuyo interior se ven
transportadas. Dentro del libro, Miaka se convierte en sacerdotisa del dios
Suzaku y se enamora de Tamahome. Por su parte, Yui adopta el papel de
sacerdotisa de Seiryû, lo que la convierte en enemiga de Miaka. Yui obtiene la
fuerza divina que hará que tres de sus deseos se conviertan en realidad. La
sacerdotisa de Seiryû emplea el primero de éstos para sellar el poder del dios
Suzaku y el segundo para enviar a Miaka de vuelta a su mundo y así separarla de
Tamahome. Sin embargo, Tamahome llega también al mundo real y Suboshi aparece a
su vez desde el libro para acabar con él. ¿Cuál será el desenlace de este
combate?”
(Cuidado:
spoilers.) Tamahome pelea contra Suboshi para proteger a Miaka. Aunque no tiene
poderes, pero tiene ingenio. Suboshi muere gracias a una acrobacia de Tamahome,
algo que Amiboshi, el hermano gemelo de Suboshi, siente en el mundo de EL
UNIVERSO DE LOS CUATRO DIOSES. Hotohori se enfrenta a Nakago. Le alcanza, pero
al final muere. Keisuke intenta convencer a Tamahome que vuelva a su mundo. Le
dice que lo hará después de escribir una carta. Por fin Miaka le puede contar
la verdad a Yui: Nakago le mintió desde el principio y Seiryû la devorará
después de cumplir con el último deseo. Yui pide que Nakago aparezca en su
mundo. Antes Nakago mata al emperador de su país. Tamahome se compromete a
Miaka. La madre de Miaka le pilla besándose con Tamahome, algo que la
trastorna. Huyen. Nakago aparece a Yui y le exige que le otorgue el poder de un
dios como último deseo. Miaka hace las paces con su madre. En el colegio,
Nakago está haciendo destrozos por no conseguir lo que quiere. Tamahome va a
luchar con Nakago. Keisuke logra llamar y hace venir a Tasuki y a Chichiri. Yui
queda atrapada en Seiryû. Miaka invoca a Suzaku y vuelven los poderes a las
estrellas de Suzaku. El primer deseo que pide es que vuelva Yui. Aparecen todas
las estrellas de Suzaku, aun las que murieron, para ayudar a Miaka. Todas las
estrellas le proporcionan la fuerza a Tamahome para vencer a Nakago. Miaka pide
sellar a Seiryû como segundo deseo. Tamahome vence a Nakago. Las estrellas
vuelven a su universo. Miaka pide el último deseo: poder estar con Tamahome
reencarnado en su mundo y así ocurre.
La historia acaba
bien, como era de esperar. Muchos conflictos y muchas dificultades han tenido
Miaka y las estrellas de Suzaku para lograr vencer a las estrellas de Seiryû.
Durante el paso de la historia, mueren varios personajes. Personajes que luego
vuelven como espíritu para ayudar a Miaka. Realmente es una historia bien
pensada, que nada es fácil si uno quiere conseguir una meta. A veces estas
metas tendrán obstáculos. A veces parecerá que no se lograrán los objetivos. A
veces incluso se pueden dejar metas pendientes por pensar que serán imposible
lograrlas. Pero no hay que caer en la desesperación. Hay que hacer lo que se
pueda. Vivir el día a día. Luchar por los sueños que uno tenga y no dejarse
vencer por la desesperación.
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