Cuando uno es niño, tiene ciertas limitaciones que pueden no gustarle o no
aceptarlas. El simple hecho de tener que acostarse antes que los adultos, no
poder tomar alcohol, no poder conducir, no ver películas o series no
recomendadas para menores de 18 años, no poder comprar fuegos artificiales para
mayores de 18 años, etc. Son ejemplos de situaciones que los niños tienen que
acatar, aunque no les guste. Pero, ¿y si fuera posible, mediante un deseo,
hacerse mayor de la noche a la mañana? Eso es lo que ocurre en la película big, estrenada en 1988, donde el principal
protagonista es Tom Hanks. En la parte trasera de la edición en DVD, se puede
leer lo siguiente:
“¡Vaya situación! Josh, un joven
adolescente, se convierte por arte de magia en una persona adulta. Rápidamente
llega a ser un brillante y prometedor ejecutivo en una importante empresa de
juguetes. A pesar de lo bien que va todo, a Josh se le complica la vida cuando
tiene que elegir definitivamente en qué mundo se queda: en el infantil que le
corresponde o en el duro mundo de los adultos con la mujer de sus sueños...”
(Cuidado: spoilers.) Josh Baskin, un niño de 12 años, está harto de que las
chicas de su edad no le hagan caso. En una feria, paga 25 centavos para pedir
un deseo a una máquina. Pide ser mayor. A la mañana siguiente, se despierta con
30 años. Tiene que huir, porque su madre se piensa que han raptado a su hijo.
Con ayuda de su mejor amigo, Billy Francis Kopecki, huye a Nueva York, donde se
hospedará en un piso de mala muerte. Al poco tiempo, consigue trabajo en un
bajo nivel. Un día conoce al dueño de la empresa, porque va con prisa por la
empresa para cumplir con sus encargos. El dueño lo reconoce un sábado en una
tienda de juguetes, donde está disfrutando de los juguetes de la tienda. Lo
contrata como asesor de pruebas de juguetes. Así que le pagan por jugar y por
informar de los pros y los contras de los juguetes. Así puede permitirse
alquilar un piso mucho más grande, donde lo acondiciona para jugar con Billy.
Susan Lawrence, una trabajadora de la misma empresa de juguetes, empieza a
ligar con él. A él le cuesta mucho, pues no está acostumbrado a ciertas
situaciones. Se empiezan a enamorar e incluso se acuestan. Empieza a actuar
como un adulto. Billy sigue buscando la máquina para que Josh vuelva a la
normalidad. La encuentra y va a decírselo a Josh y se va. Josh tiene que decidir
si seguir ahí. El único motivo para quedarse como adulto es Susan, pero hay muchos
motivos para volver de nuevo a su edad. Le cuenta la verdad a Susan, pero no le
cree. Cuando Josh huye, Susan lo persigue. Pide el deseo. Josh propone a Susan
que pida el deseo para estar con él, pero ella se niega, porque no quiere
volver a pasar por lo mismo otra vez. Susan lo acompaña a su verdadera casa.
Antes de que llegue a entrar, ella puede ver que todo era verdad.
¿Quién querría ser mayor? Sí, puede que un niño sin los correspondientes
conocimientos pueda querer ser mayor cuando es pequeño. Pero cuando uno es
mayor y tiene una barbaridad de responsabilidades, lo que quiere es volver a
ser pequeño y disfrutar de nuevo de la vida, que es lo que mejor puede hacer un
niño, más que un adulto. ¡Ojalá los deseos se hicieran realidad y pudiéramos volver
a nuestra niñez! Si no, al menos viajar al pasado y volver a vivir la vida,
pero quizás cambiando las decisiones que tomamos o que tomaron por nosotros
cuando éramos niños. La vida de todos hubiera sido muy diferente si hubiéramos
tenido los conocimientos que tenemos ahora de niños. Nuestras decisiones
hubieran sido otras, obviamente. No hubiéramos cometido según qué actos, según
qué desprecios, según qué faltas de respeto, según qué malas decisiones…
Igualmente, que se haya podido probar, no se pueden cambiar las circunstancias.
Así que tenemos que lidiar con las vidas que tenemos, aprendiendo del pasado,
que para eso lo hemos tenido: para aprender.
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