Existen muchos libros de humor. Algunos de estos libros son simples
recopilaciones de chistes de muchos estilos. Otros libros de humor recopilan
chistes específicos, ya sean chistes negros, chistes verdes, chistes de Lepe,
etc. Hay ciertas editoriales que se han dedicado, entre otros libros, a editar
y distribuir este tipo de libros. Pero, con la venida de Internet, algunos
escritores tuvieron ideas interesantes. Es el caso de Marc Ripol que, en 2003, distribuyó
el libro HUMOR ONLINE CIBERCOÑA, mediante Ediciones Robinbook, s. l.
El libro es un recopilatorio de chistes recogidos en los inicios del boom
de Internet, donde la gente enviaba chistes por e-mail en cadena, para que se
fueran reenviando, además de que se empezaron a cargas páginas de foros con
chistes curiosos, mucho antes incluso de que aparecieran las redes sociales más
conocidas actuales, tales como Facebook, twitter o Instagram. El mismo autor
del libro informa que son chistes que simplemente él encontró por la web, que
estaban de forma anónima y libres. Los recopiló para crear este libro. Además,
también incorpora un CD-ROM que incluye todo el libro con los mismos chistes e
incluso con extras, para que los demás puedan compartirlos en otros foros o
enviarlos por mail.
En la parte trasera del libro, se puede leer lo siguiente:
“Advertimos que la selección de
ciberhumor que ofrece este libro puede llegar a herir ciertas sensibilidades y
a desencajar más de una mandíbula.
Aquí se reúnen los mejores chistes,
historias, citas, ocurrencias y demás delirios anónimos que corren por internet.
Aprende nuevas y desternillantes definiciones… Boy Scouyt: Niño vestido de gilipollas comandado por un gilipollas
vestido de niño. Cura: Persona a la
que todos llaman padre menos sus hijos, que le llaman tío. Hardware: Parte del ordenador que recibe los golpes cuando el
software se cuelga. Lengua: Órgano
sexual que algunos degenerados usan para hablar. Descubre que en inglés «copia
bien» se dice
copyright, en árabe «ametralladora» es allá va la bala atájala, en francés «tuve cien hijos» se dice pari-sienne, en guaraní «orgasmo» es
yacabé y en zulú «posible embarazo» es bombo supongo.”
Cosas así se pueden encontrar en este libro de humor, el cual está dividido
en las siguientes secciones: EN LA CAMA, EN LA OFICINA, CON DENOMINACIÓN DE
ORIGEN, GUERRAD E SEXOS, EN LA BARRA, LA INFORMÁTICA, POLÍTICA, RELIGIÓN,
ANIMALITOS, TERCERA EDAD, APRENDIENDO IDIOMAS, «RED-FRANERO» e HISTORIAS. Hay secciones mejores que otras. Se
podría considerar la última sección de las mejores, aunque con chistes más
largos, que es la sección de HISTORIAS. Uno que me ha hecho reír bastante es el
siguiente: EL REGALO, que comparto a continuación:
“Un amigo mío fue a Madrid, sabiendo
que su novia necesitaba unas gafas porque se las había roto una noche antes en
el cine. Al pasar por unos grandes almacenes se dicidió a entrar y le compró
unas.
La dependienta se las envolvió y él
pago la cuenta, pero, al marcharse, en lugar de coger el paquete con las gafas,
cogió uno parecido que había al lado y que contenía unas bragas que seguramente
alguna clienta de las que allí había acababa de comprar.
Mi amigo no se dio cuenta de la
equivocación y desde allí se fue a Correos y le envió la caja a su novia junto
con una carta. La chica recibió el paquete y quedó perpleja por el contenido,
de manera que leyó la carta, que decía:
Querida mía.
Espero que te guste el regalo que te
envío, sobre todo por la falta que te hacen, ya que las tuyas las rompí hace
poco en el cine. Además, llevaba ya mucho tiempo con las que tenías y éstas son
cosas que se tienen que cambiar de vez en cuando.
También espero que haya acertado con
el diseño. La dependiente me dijo que eran la última moda y me enseñó las suyas,
que eran iguales. Entonces yo -para ver si eran ligeras- cogí y me las puse
allí mismo. No sabes cómo se rió la dependiente, porque estos modelos para
chicas quedan muy graciosos en los hombres, y más a mí, que ya sabes que tengo
unos rasgos muy alargados.
Una muchacha que había allí me las
pidió, se quitó las suyas y se las puso para q ue yo viera el efecto que
hacían, y he de reconocer que le quedaban muy bien, así que me decidí y las
compré, con la esperanza de vértelas puestas bien pronto.
Úsalas y enséñaselas a tus padres, a
tus hermanos y, en fin, a todo el mundo, a ver qué dicen. Al principio te
sentirás muy rara, acostumbrada a ir con las viejas, y más ahora que has estado
tanto tiempo sin llevar ningunas. Si te están muy pequeñas me lo dices, que si
no te va a dejar señal c uando te las quites para ir por la calle y todo el
mundo va anotar que las tienes. Ten también cuidado que no te estén grandes, no
sea que vayas andando y se te caigan. Llévalas con cuidado, no vayas a
romperlas y, sobre todo, no vayas a dejártelas por ahí y las pierdas, que
tienes la costumbre de llevártelas en la mano para que todos vean tus encantos.
En fin, para que te voy a pedir nada más, sólo te digo que estoy deseando
vértelas puestas y que te las quites la próxima vez que vayamos al cine. Éste
es el mejor regalo que podría hacerte, cariño.”
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