La saga de LA MÁQUINA DEL TIEMPO
consta de 24 tomos, numerados del 1 al 24 en el lomo, que fueron distribuidas
entre los años 1984 y 1990 por TIMUN MAS.
Son historias en las que el protagonista tiene el poder de viajar en el tiempo,
con tal de descubrir secretos del pasado. El título de la saga incluye un hombre
saltando entre un portal de tiempo, un icono fácil de identificar. Para poder
ambientarse en la historia, se dispone de las instrucciones del juego, las
cuatro reglas para viajar en el tiempo, la especificación de la misión, el
equipo, el banco de datos y la lista de datos. Las cuatro reglas para viajar en
el tiempo son las siguientes:
“1. No mates a ninguna persona ni
animal.
2. No intentes cambiar la
historia. No dejes nada del futuro en el pasado.
3. No lleves a nadie contigo
cuando franquees la barrera del tiempo. Evita desaparecer de un modo que asuste
a la gente o la haga sospechar.
4. Sigue las instrucciones
que te dé la máquina del tiempo y elige entre las opciones que te ofrezca.”
Cuando uno ya ha leído las instrucciones, puede introducirse en el juego,
pero antes deberá ver el quipo con el que se empieza en la aventura. Si se
desea, se puede leer el banco de datos, en el que se facilita una ambientación
de los años en los que se va a viajar. Además, si en las opciones se facilita
un icono en concreto, se puede ir a la lista de datos, donde se facilitan
pistas para poder decidir de una forma más acertada, pero sólo si se ha
prestado atención al banco de datos o a la información recogida a lo largo de
la historia.
El cuarto tomo de la saga de LA MÁQUINA DEL TIEMPO es LA RUTA DE LOS PIRATAS, escrito por Jim Gasperini. En la parte
delantera del libro ya se anuncia lo siguiente: “Retrocede 300 años. Se te ha confiado la misión de seguir:” y luego
aparece el título. En la parte trasera se facilita algo más de información:
“AÑO 1684
Has retrocedido hasta la
época de los piratas.
Te enfrentas con un capitán
de piratas, que te propone unirte a su tripulación o, de lo contrario, morir.
¿Firmas el pergamino y te
conviertes en pirata o tratas de escapar antes de que te atrape? ¡Tu decisión
puede conducirte al éxito o a quedar perdido en el tiempo!
¿ESTÁS DISPUESTO A PLANTAR
CARA AL PELIGRO?”
En el interior del libro se puede leer la misión de esta aventura:
“Tu
misión es hallar los restos de la nave más cargada de plata de cuantas se
hundieron en el mar Caribe y recuperar parte de aquel tesoro.
En julio de 1641 salió de Veracruz (México)
el más rico galeón español que jamás surcó el mar Caribe. Su nombre era Nuestra
Señora de la Pura e Inmaculada Concepción, pero los marineros españoles lo
llamaban Concepción, para abreviar. Era un barco grande, poderoso, pero
navegaba lentamente… por una buena razón. En su bodega llevaba ciento cuarenta
toneladas de plata. El rey de Castilla, lleno de deudas, esperaba ansionsamente
la llegada de este inmenso tesoro.
En agosto de 1641, el Concepción arribó a La
Habana (Cuba). Un mes más tarde, junto con una flota de barcos, partió para
Sevilla.
Pero nunca llegó a su destino.
Cerca de la costa de Florida, una tormenta
tropical casi hundió el Concepción. En busca de refugio, su tripulación dirigió
la nave hacia el sur. Chocó contra un arrecife, o isla sumergida, y se partió.
Sus tripulantes escaparon en balsas antes de que el navío se hundiera. Meses
después trataron de encontrar aquel arrecife.
Pero jamás lo hallaron.
El rey de Castilla estaba furioso, pero nada
podía hacerse. Aquella fortuna en plata se había perdido en el océano.
Durante cuarenta años reposó en algún punto
del fondo del mar Caribe, hasta que William Phips, capitán de barco de la
colonia británica de Massachusetts Bay, partió a buscarla. Encontró los restos
del Concepción y llevó buena parte de su tesoro a Londres.
Pero no lo recuperó todo.
Desde el viaje de Phips, los cazadores de
tesoros se han preguntado si en el mar les aguardabaotra fortuna. Nadie conocía
exactamente dónde Phips halló el arrecife. Sólo se sabía que era en algún lugar
al norte de La Española. Hoy, esta isla está dividida entre dos países: Haití y
la República Dominicana.
Decides dirigirte a las Bahamas en 1684,
William Phis se detuvo allí en su ruta para buscar el tesoro y estás seguro de
que es el único que puede conducirte hacia la plata.
Tu misión: encontrar el perdido Concepción y
recuperar parte de su tesoro.”
Es una misión factible. Lo curioso en este libro es que, a pesar de que no
se debe intervenir en los eventos históricos, en este caso sí que se debe
interactuar. En el futuro, se sabe que Phips halló el arrecife donde se hundió
el Concepción. Pero, ¿quién le informa del lugar? El viajero del tiempo. Entonces,
este hallazgo, ¿fue causado por el viajero? Es posible, pero quedó catalogado
en la historia, una historia que quizás pueda modificarse.
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