La saga de LA MÁQUINA DEL TIEMPO
consta de 24 tomos, numerados del 1 al 24 en el lomo, que fueron distribuidas
entre los años 1984 y 1990 por TIMUN MAS.
Son historias en las que el protagonista tiene el poder de viajar en el tiempo,
con tal de descubrir secretos del pasado. El título de la saga incluye un
hombre saltando entre un portal de tiempo, un icono fácil de identificar. Para
poder ambientarse en la historia, se dispone de las instrucciones del juego,
las cuatro reglas para viajar en el tiempo, la especificación de la misión, el
equipo, el banco de datos y la lista de datos. Las cuatro reglas para viajar en
el tiempo son las siguientes:
“1. No mates a ninguna persona ni
animal.
2. No intentes cambiar la
historia. No dejes nada del futuro en el pasado.
3. No lleves a nadie contigo
cuando franquees la barrera del tiempo. Evita desaparecer de un modo que asuste
a la gente o la haga sospechar.
4. Sigue las instrucciones
que te dé la máquina del tiempo y elige entre las opciones que te ofrezca.”
Cuando uno ya ha leído las instrucciones, puede introducirse en el juego,
pero antes deberá ver el quipo con el que se empieza en la aventura. Si se
desea, se puede leer el banco de datos, en el que se facilita una ambientación
de los años en los que se va a viajar. Además, si en las opciones se facilita
un icono en concreto, se puede ir a la lista de datos, donde se facilitan
pistas para poder decidir de una forma más acertada, pero sólo si se ha
prestado atención al banco de datos o a la información recogida a lo largo de
la historia.
El décimo tomo de la saga de LA MÁQUINA DEL TIEMPO es LA REVOLUCIÓN AMERICANA, escrito por Arthur Byron Cover. En la
parte delantera del libro ya se anuncia lo siguiente: “Retrocede 200 años. Se te ha confiado una misión en:” y luego
aparece el título. En la parte trasera se facilita algo más de información:
“AÑO 1774
Has viajado a la guerra de la Revolución Americana.
Alguien te coge y te acusa
de ser un espía británico. Su cara te resulta familiar, pero estás seguro de
que nunca le has visto antes.
¿Intentas descubrir algo más
sobre este hombre misterioso o prefieres escapar al centro de la revolución?
La decisión que tomes puede
salvarte o hacerte perder el tiempo.
¿ESTÁS DISPUESTO A PLANTAR
CARA AL PELIGRO?”
En el interior del libro se puede leer la misión de esta aventura:
“Tu
misión consiste en retroceder en el tiempo y descubrir la identidad del hombre
que hizo el primer disparo en la guerra de la Revolución Americana, y traer su
mosquete.
Desde 1775 a 1781 las trece
colonias del continente norteamericano tuvieron la guerra de Independencia
contra Inglaterra, que entonces dominaba casi todo el mundo.
«Por el tosco puente que
atravesaba el torrente, con su bandera desplegada a la brisa de abril, se
hallaban los granjeros listos para batalla, que dio comienzo cuando el primer
disparo se oyó por todo el confín.»
Así comienza el famoso poema
«Himno a la Concordia»
de Ralph Waldo Emerson dedicado al monumento de la batalla en 1837.
Aun así, la identidad del
hombre que hizo el primer disparo en la guerra y que inició la batalla de
Lexington y Concord, en abril de 1775, sigue siendo un misterio. Tu misión no
va a ser fácil. No puedes robar el mosquete. Y ninguno de tus esfuerzos por
conseguirlo puede cambiar la historia. ¡Si no te perderás en el tiempo!”
Al principio de la misión, se permite elegir un ítem de entre tres
posibles: una caja de pasas, un cuchillo o un espejo. Este ítem es importante
casi al final de la historia, cuando será necesario. La misión es curiosa, pues
es conseguir el fúsil de aquel quien disparó primero en la batalla de la Guerra
de la Independencia. Será fácil localizar al primero que disparó, pero resulta
que no fue exactamente él, sino su tío. Ahora bien, el fúsil se lo regaló su
tío. La misión no será del todo fácil, pues puede haber momentos de dudas que
harán que uno pueda entrar en bucle hasta tomar las decisiones correctas. Como
curiosidad de este libro, en un momento dado se menciona al Gran Jehovah, el
Dios de los hebreos. Se ignora exactamente porqué aparece en este libro, pues
en aquellos tiempos el nombre de Dios estaba prohibido por la religión
católica. Curioso que el escritor hiciera mención al nombre de Dios,
concretamente en la página 26.
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