En el octavo ejemplar de Mafalda,
de QUINO y distribuida en España en una colección de 14 ejemplares por el
diario Público en 2008, aparece en la portada Mafalda mirando a Felipe soñador
y enamorado. En la contraportada, el pequeño Guille con la mano en posición de
indignado, un gesto muy típico de Argentina.
Algunos de los temas que se mencionan en este quinto ejemplar son la
situación mundial, año nuevo, amor, sopa, filosofía, vacaciones, mascotas,
ajedrez, materialismo, educación, hermanos, TDA, bestialidad, inspección,
vejez, hippies, etc.
En esta ocasión, se pueden ver varios aspectos de los personajes que aún no
se habían visto nunca. Por ejemplo, Felipe parece ser que sufre de TDA, es
decir, Trastorno por Déficit de Atención, ya que en clase siempre está pensando
en otras cosas mientras la profesora explica. Algo bien diferente a la
“bestialidad” de Manolito, que simplemente tiene un coeficiente intelectual
algo bajo, aunque se le da muy bien los negocios.
Otro aspecto que se sigue viendo de Manolito es su amor al dinero. Es
extremadamente materialista. En una ocasión incluso pasa un inspector a revisar
las cuentas en la tienda de su padre y Manolito se ofende por querer incluso
ver la libreta de cheques. O se emociona por ver un camión de seguridad
blindado, de esos que llevan dinero. También se enfada con los hippies, que los
llama “ateos” porque desechan el dinero y el materialismo.
También se ve una parte de las vacaciones, yendo, como no, a la playa. Pero
en esta ocasión las tiras son escasas al respecto. Se dedican incluso más tiras
al ajedrez que a las vacaciones. Y sí, el ajedrez sigue teniendo el problema de
que muchas partidas son interrumpidas por conversaciones o enfados.
Un nuevo aspecto de Felipe es que está enamorado de una chica. Al final,
después de varios intentos por hablar con la chica, cree que jamás podrá saber
nada de ella. Y, evidentemente, aparece Susanita con mucha información sobre
ella, que se llama Muriel.
La educación también aparece bastante en este ejemplar, en el que se ve a
la profesora algo ofuscada con los alumnos que tiene, tales como Mafalda,
Libertad o Manolito. Le hacen preguntas o contestan de una forma poco habitual,
que la deja trastocada.
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