viernes, 25 de julio de 2025

Colección Recuerdos: Cajitas de cerillas

Siempre me atrajo el fuego. Cuando era pequeño, en la casa de campo de Santa Margarita de mis tíos, me solía sentar al lado del fuego. Incluso estaba acostumbrado a crear canicas de arcilla. Para ello, tenía que conseguir arcilla limpia, crear una bola lo suficientemente consistente y luego calentarla en la chimenea durante un largo tiempo, hasta que quedase completamente solidificada. Era una forma de conseguir juguetes a bajo coste. Esto era una de las ventajas del fuego de la chimenea. Pero el fuego también me gustaba tenerlo a mi alcance para experimentar con él. A lo largo del tiempo, fui recopilando algunas cajitas de cerillas que me llamaron la atención. No me puse a coleccionarlas, sino simplemente guardar unas pocas. La gran mayoría aún conservan cerillas, algunas de cera. Dos de las cajitas son de ilustraciones, algo muy típico en una época en la que existían coleccionistas de este tipo de cajas. Una cierva aparece en la cajita de cerillas, donde también se anuncia REIG El Purito. Otra caja muestra una flor. También tengo una de WELLIES, una empresa en Puerto Portals (Mallorca, Islas Baleares). Otra de ZOR, una fosforera española. Otra de SOL MELIÀ, ya sin cerillas. Y dos de restaurantes, uno del Restaurante Porto Pi, un restaurante que ya no existe, al menos con ese nombre. El otro restaurante es, ni más ni menos, que el MESÓN TIO PEPE. En aquella época se hacía propaganda de los restaurantes o de los negocios de cualquier forma. Así que una cajita de cerillas no era de extrañar.




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