domingo, 4 de mayo de 2025

Colección Recuerdos: Menorca septiembre 2024

En el año 2018, fui con dos amigos de viaje a Menorca, un viaje que duró dos días, pero fueron dos días muy intensos. Años más tarde, en 2024, junto a mi pareja, viajé de nuevo a Menorca. Nuestra intención fue poder aprovechar un fin de semana de relax. Y así fue. Llegamos el día 7 de septiembre de 2024 a Ciutadella, con vehículo. El plan inicial era ir a Cala Macarella y, desde la misma, ir a Cala Macarelleta. Ahora bien, no fue posible, pues llegamos a Ciudadela a las 10:00 y las calas cercanas ya estaban todas ocupadas. No había posibilidad de aparcar y la única forma de ir a alguna de las calas era con bus. Para no perder tiempo, nos fuimos a Cala Morell, en la parte Nord-oeste de la isla, donde pudimos disfrutar de una buena calita. Después, antes de irnos de la zona, visitamos la Necrópolis de Cala Morell, muy interesante, con cuevas funerarias, algunas de las cuales de unos 3000 años de antigüedad. Teníamos hora reservada en el Restaurante Molí des Racó, en Es Mercadal, pero antes pasamos por la quesería Es Tudons, pero no disponía de quesos en aquel momento. En el Restaurante Molí des Racó disfrutamos muchísimo. Para empezar, ya en la mesa tenían preparado el alioli y pan. Comimos lechona y solomillo de ternera. De postre, tarta de queso, aunque ya estábamos bastante llenos. Después de pagar, nos trajeron, de regalo, dos copitas de pomada, una bebida típica de Menorca, y carquinyols de Menorca. Después de la comida, nos fuimos a Fornells, que era donde teníamos el apartamento. Ahí nos relajamos y nadamos un poco en una de las piscinas del complejo. Después de un buen descanso, nos fuimos a comprar queso a Formatges Binillubet, pero tenían cerrado, a pesar de que los horarios reflejados en Google decían que debían estar abiertos. Seguramente fue debido a las fiestas de Maó. Entonces proseguimos con nuestros planes y fuimos al Far de Favàritx, uno de los cinco faros de Menorca. El acceso con coche estaba prohibido y había la opción de ir y volver andando, unos 2 km por trayecto, o aprovechar un bus que nos podía acercar al lugar pagando 1,30 € por persona. Ya empezaba a ser tarde y no quedaba mucho tiempo de sol, por lo que decidimos ir con el bus. Una vez ahí, hicimos abundantes fotos y cenamos en el lugar. La intención era nadar en alguna de las calitas de alrededor, como Cala Presili o Platja d’en Tortuga. La mejor opción era nadar en S’Escala o Es Portixol, pero el tiempo no acompañaba, pues hacía viento y frío.

El viento del día anterior, trajo el domingo 8 de septiembre de 2024 la lluvia. Inicialmente no fue mucha lluvia, pero luego empeoró bastante. Fuimos a Maó con la intención de visitar el mercado Sa Plaça y visitar el Museu de Menorca, pero todo estaba cerrado por las fiestas. Aunque hacía muy mal tiempo, había mucha gente esperando a la fiesta, seguramente un paseo con caballos y la despedida de la Festa de Gràcia. Nosotros huimos del lugar por el mal temporal, quedando completamente empapados. Antes de irnos, pasamos por un Eroski de Maó y compramos queso, un queso completo semicurado y la mitad de un queso curado, ambos de Torralba. Fuimos directos a Sant Lluís, que teníamos pensado pasar por el lugar para fotografiar el Tetragrámaton en la Iglesia Católica de Sant Lluís, además de comer. Nuestra intención era comer en el Restaurante La Rueda o en el Restaurante s’Olivera, pero uno estaba con todas las mesas reservadas y el otro cerrado. Por suerte, pudimos ir al Restaurante La Bolla, donde aprovechamos el menú del día. Ahí comimos paella y ensalada de primero, y lubina salvaje y carrilleras de cerdo. De postre, tarta de queso y tiramisú. Al finalizar, fuimos a hacer las fotos y a proseguir con el viaje. Nuestra siguiente parada fue en Binibeca, concretamente la parte antigua, un paraje muy curioso por tener todas las viviendas pintadas de blanco, incluyendo los tejados, y calles extremadamente estrechas, un antiguo pueblo de pescadores en el que aún se sigue viviendo. Aprovechando que estábamos cerca, fuimos a visitar otro de los faros, el Far de l’Illa de l’Aire, aunque este faro estaba en una isla y tan sólo pudimos fotografiarlo desde la lejanía, pero sí que pudimos visitar la Torre de defensa costanera de Punta Prima. Ya empezaba a ser tarde, pero pasamos por el Far d’Artrutx, donde aprovechamos e hicimos geocaching, una actividad mundialmente conocida y entretenida, dejando un geocoin en el caché. Volvimos al puerto comercial de Ciutadella, donde aprovechamos y cenamos antes de volver con el barco. En el barco me hizo gracia la bolsa de BALEARIA, una bolsa preparada por si alguien tiene mareo y necesita utilizarla, titulada CONTRA VIENTO Y MAREOS. Por si acaso, la cogí, pero al final no tuvimos que utilizarla. Un viaje inolvidable, sin duda.





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