Nunca
he ido a DISNEYLAND PARIS. Ignoro si
algún día podré ir a algún parque temático de este estilo. Ya sea por el tiempo
que se tiene que dedicar o por su alto precio, considero que hay otras cosas
pendientes a las que le doy más importancia en mi vida. Ahora bien, en abril de
2023, una amiga me preguntó cuál era mi personaje preferido de Disney. No sabía
exactamente el porqué. Sin dudarlo, dije Nala, la pareja de Simba de la
película de Disney El Rey León, de 1994. No es que siempre haya sido mi
personaje preferido. Cierto es que Nala es un personaje que en la primera
película aparece muy poco. Pero, durante el tiempo en que aparece, se nota que
es más fuerte que Simba, que es más decidida. Simba huye cuando es pequeño de
una acción que, engañosamente, pensó que era culpable. Durante largos años,
estuvo viviendo con Timón y Pumba, con el estilo de vida Hakuna Matata, una
vida sin preocupaciones, tan sólo comer, dormir y disfrutar. Es gracias a Nala
que, por casualidad, encuentra a Simba y le insta a volver al reino para ocupar
el lugar que le pertenece, como rey, pues Scar está dominando la manada de una
forma mezquina. Si no llega a ser por Nala, Simba no hubiera vuelto. Pero esa
no es solo la razón por la que dije el nombre de Nala sin pensármelo, sino
porque ese nombre se lo puse a mi perrita, Nala, una dálmata de manchas
marrones sorda que tuve el placer de poder tener a mi lado desde abril de 2009
hasta el 13 de agosto de 2022.
Una
grata sorpresa fue que recibí un regalo de dos figuras: Nala y Simba. Son dos pequeñas figuras, que realmente son llaveros.
Ambas figuras están sentadas y con una pata levantada. Nala tiene una parte
pegajosa. De esta forma, se pueden unir, tal y como se puede ver en las fotos.
Ambas piezas están sujetas a un cartoncito con el logo de DISNEYLAND PARIS. En
la parte trasera, en inglés y en francés, una advertencia de que no es un
ejemplar para infantes menores de 36 meses.
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