¿Quién no intentaría cambiar alguna decisión de su pasado que influyó en el resto de su vida? Si tuviéramos la oportunidad, casi todos lo haríamos. El tiempo es constante. Eso es algo teóricamente aceptable. Ahora bien, ¿y si hubiera alguna forma de cambiar el pasado y, por ende, el presente y el futuro? Eso es lo que ocurre en Frequency, una película del año 2000. En la parte trasera de la versión en DVD, se puede leer lo siguiente:
“Un extraño fenómeno atmosférico
durante una transmisión de radio permite a John Sullivan, un joven policía de
Nueva York, establecer comunicación con su padre Frank, miembro del cuerpo de
bomberos, fallecido hace 30 años en un extraño accidente mientras trabajaba en
la extinción de un incendio.
John intentará mantener la
comunicación con su padre para tratar de evitar su muerte, sin darse cuenta de
que, al pretender cambiar el pasado, ha desencadenado una serie de
acontecimientos que pondrán en peligro la vida de su madre. La única solución
es trabajar junto a su padre, a través de la radio y el tiempo, para poder dar
a su familia una segunda oportunidad.”
(Cuidado: spoilers.) Frank Sullivan, un bombero, muere en un accidente en
1969. En aquella época, hubo una aurora boreal. 30 años más tarde, aparece la
misma aurora boreal. Su hijo, John Sullivan, un policía, recuerda a su padre
con nostalgia. Descubren un cuerpo asesinado, que suponen que es uno de los
cuerpos desaparecidos del “asesino de Nightingale”. Una noche, por casualidad,
encuentran la radio de su padre, que era radioaficionado. Logra conectarla y
John empieza a hablar con su padre del pasado. Al principio, ambos se piensan
que es un engaño. John logra decirle que va a morir justo al día siguiente y
qué tendría que hacer para evitarlo. Evita su muerte y logra cambiar las
circunstancias. Ahora su padre no muere en el accidente como bombero, sino que
muere de cáncer por culpa del tabaco, algo que le indica su hijo que tiene que
dejar. Pero algo no está bien. Su madre no está. Resulta que la noche en la que
se salva Frank, visita a su mujer al hospital, pues es enfermera. Gracias a
esta visita, se da cuenta de un error y salva a una persona. Resulta ser el
asesino de Nightingale. En el presente, en vez de 3 asesinatos registrados, los
asesinatos aumentan a 10. Gracias a una investigación conjunta que tiene John
con su padre en el pasado, logran averiguar que el culpable es un policía. En
el presente aún está vivo. Salvan a una enfermera de manos del asesino, pero su
madre aún sigue muerta. El asesino averigua la casa de Frank y se dispone a
matar a la mujer. Al mismo tiempo, en el presente, el asesino intenta matar a
John, que sabe que lo ha descubierto. Todo se conecta en ese momento y Frank
logra quitarle la mano de un disparo en el pasado y, para salvar a su hijo,
mata al del presente. Frank llega a la actualidad junto a su hijo, evitando la
muerte en diferentes ocasiones gracias al enlace que tuvieron por la aurora
boreal.
Sería alucinante que algo así pudiera pasar, que señales del presente se
pudieran enviar al pasado, modificando así sucesos que fueron realmente impactantes
para la humanidad. ¿Os imagináis tan siquiera si alguien hubiera avisado en
secreto a todas las personas que murieron dentro de las Torres Gemelas, de tal
forma que no hubieran estado en ese momento dentro de las torres? Las torres
hubieran sido destruidas y también los dos aviones con sus pasajeros, pero al
menos se hubieran salvado cientos y cientos de vidas. Como este suceso, otros
muchos. Eso sin pensar en sucesos personales, como la muerte de familiares o
amigos por enfermedades que se hubieran podido evitar o accidentes que se
hubieran podido sortear. Pero así es la vida: el suceso imprevisto nos acaece a
todos. Un día estamos bien. Pero otro podemos perderlo todo. Por ello, aunque
sería muy bonito que existieran los viajes en el tiempo, debemos vivir el
momento lo mejor que podamos.
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