domingo, 11 de septiembre de 2022

Colección Películas: El Club de los Poetas Muertos

CARPE DIEM. Vive el momento. Aprovecha el día. Ese es el mensaje que nos quedó bien reflejado en una obra maestra que nos dejó Robin Williams, como John Keating, en la película El Club de los Poetas Muertos. Esta película fue estrenada en 1989, mediante la dirección de Peter Weir. Muchos buenos actores aparecieron en esta película. Entre ellos, Ethan Hawke interpretando a Todd Anderson y Robert Sean Leonard interpretando a Neil Perry. En la parte trasera de la película en versión DVD, se puede leer lo siguiente:

Otoño de 1959. Comienza un nuevo año lectivo en la Academia Welton, una escuela asilada y tradicional situada en las tranquilas montañas de Vermont. Este año, siete estudiantes conocerán a un profesor cuyas ideas sobre la vida les inspirarán para emprender la búsqueda de sus pasiones individuales, para explorar nuevos horizontes y descubrir la agitación de un mundo más allá del estricto plan de estudios de Welton.

Desafiando a las autoridades escolares y a los severos padres de los alumnos, el profesor John Keating (Robin Williams, nominado al Oscar por esta película), será para ellos algo más que un simple instructor. Será para ellos la inspiración que haga de sus vidas algo extraordinario.

"El Club de los Poetas Muertos". Más que una película, un fenómeno sociológico que ha conseguido batir récords de taquilla en todo el mundo, entusiasmando a críticos y espectadores por igual. Un canto a la poesía, el romanticismo y la alegría. Una película inolvidable.

Una verdadera obra maestra que ilustra un profesor que desea cambiar la dinámica de las clases tradicionales. ¿Es complicado? Sí, a veces lo es, especialmente en el pasado, cuando se obcecaron con hacer las cosas como siempre se había hecho. En la actualidad, por suerte, hay muchos sistemas de educación. No hay ninguno perfecto. Pero hay unos sistemas que funcionan más que otros.

(Cuidado: spoilers). Esta película es una inspiración para el profesorado, pues John Keating desea llegar a los alumnos de la forma más profunda, impartiendo simplemente la asignatura de literatura. Llega especialmente a un grupo de alumnos por un club del que Keating fue un integrante en un pasado en el mismo centro educativo. Estos alumnos crean de nuevo el club, un club en el que simplemente leen, crean y disfrutan poesía. En ningún momento Keating se une a ellos. Ahora bien, aunque cada alumno tiene sus problemas personales, Todd tiene miedo escénico y Keating logra quitárselo. Neil tiene un problema más grave: su padre no le permite interactuar como actor en una obra de teatro, pues le quiere obligar a ser médico. Al final, a escondidas, interpreta un papel de una forma extraordinaria. Su padre lo va a buscar y se lo lleva a casa. Ahí lo reprende y le dice que lo trasladará a la escuela militar, que son muchos años más de estudio. Se suicida. Sus compañeros lo lloran. Los profesores buscan un culpable y deciden que es Keating. Lo expulsan del centro. Antes de irse, los miembros de El Club de los Poetas Muertos e incluso algunos que no quisieron pertenecer nunca, se levantan con la frase de “¡Oh Capitán! ¡Mi capitán!”, haciendo referencia a un poema de Walt Whitman.

Verdaderamente, es una película muy triste, especialmente por el hecho del suicidio de Neil. Los padres no deberían obligar a sus hijos a estudiar lo que ellos desean. Más bien deberían consultar a sus hijos qué les motiva en la vida. Cuál desearían que fuera su futuro. Si no lo saben, los padres pueden ayudar a sus hijos en una correcta elección. Pero nunca obligar. Así tenemos muchos médicos, profesores o cualquier profesional que realmente no quería ejercer dicha profesión y se nota en sus labores, pues no es su verdadera vocación. No hay que estresar a los hijos de esta forma, pues quizás puedan llegar al suicidio por tanto estrés e incomprensión, tal y como le ocurre a Neil, un personaje que nos ilustra a la realidad de que muchos se han llegado a suicidar por situaciones similares.

La despedida de John Keating por parte de los alumnos también es muy triste y emotiva. El acto de hacer una despedida así a un profesor es muestra del respeto y el agradecimiento hacia sus enseñanzas, por haberles allanado un camino que quizás pueda mejorar sus vidas en un futuro. No siguiendo siempre absurdas tradiciones que no llevan a ningún sitio. Muchos profesores quizás podrían soñar con una despedida tal que los alumnos le hicieran un homenaje similar. Por suerte, fui testigo y partícipe de algo similar con una profesora interina que tuvimos en un pasado en 4º de ESO y le cantamos la canción de “No nos moverán”, referente a la serie española de Verano Azul. Fue emotivo y muy bonito.





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