La saga de LA MÁQUINA DEL TIEMPO
consta de 24 tomos, numerados del 1 al 24 en el lomo, que fueron distribuidas
entre los años 1984 y 1990 por TIMUN MAS.
Son historias en las que el protagonista tiene el poder de viajar en el tiempo,
con tal de descubrir secretos del pasado. El título de la saga incluye un
hombre saltando entre un portal de tiempo, un icono fácil de identificar. Para
poder ambientarse en la historia, se dispone de las instrucciones del juego,
las cuatro reglas para viajar en el tiempo, la especificación de la misión, el
equipo, el banco de datos y la lista de datos. Las cuatro reglas para viajar en
el tiempo son las siguientes:
“1. No mates a ninguna persona ni
animal.
2. No intentes cambiar la
historia. No dejes nada del futuro en el pasado.
3. No lleves a nadie contigo
cuando franquees la barrera del tiempo. Evita desaparecer de un modo que asuste
a la gente o la haga sospechar.
4. Sigue las instrucciones
que te dé la máquina del tiempo y elige entre las opciones que te ofrezca.”
Cuando uno ya ha leído las instrucciones, puede introducirse en el juego,
pero antes deberá ver el quipo con el que se empieza en la aventura. Si se
desea, se puede leer el banco de datos, en el que se facilita una ambientación
de los años en los que se va a viajar. Además, si en las opciones se facilita
un icono en concreto, se puede ir a la lista de datos, donde se facilitan
pistas para poder decidir de una forma más acertada, pero sólo si se ha
prestado atención al banco de datos o a la información recogida a lo largo de
la historia.
El vigésimo tercer tomo de la saga de LA MÁQUINA DEL TIEMPO es EL BARÓN ROJO, escrito por Richard Mueller.
En la parte delantera del libro ya se anuncia lo siguiente: “Retrocede 75 años y encuentra a:” y
luego aparece el título. En la parte trasera se facilita algo más de
información:
“AÑO 1917
Has viajado a través del tiempo a Alemania, durante la Primera Guerra
Mundial.
Te encuentras en un campo de
aviación buscando al famoso piloto alemán, el Barón Rojo, cuando de repente
oyes el silbido de las bombas que caen desde el cielo. Alzas la vista y ves un
aeroplano británico que pasa zumbando sobre tu cabeza. ¡Están atacando el campo
de aviación! ¿Te arriesgarás a esquivar las bombas para buscar al piloto
enemigo o intentarás refugiarte? ¡Tu decisión puede conducirte a un lugar
seguro… o dejarte perdido en el tiempo!
¿ESTÁS DISPUESTO A PLANTAR
CARA AL PELIGRO?”
En el interior del libro se puede leer la misión de esta aventura:
“Tu
misión consiste en retroceder hasta el año del fin de la Primera Guerra
Mundial, encontrar al hombre conocido como «el Barón Rojo»
y descubrir quien abatió su aeroplano. Para demostrar que has tenido éxito,
deberás volver con una fotografía del Barón Rojo tomada el día de su último
vuelo.
En abril de 1918, después de
más de tres años de duración, parecía que la Primera Guerra Mundial nunca
tendría fin. Por primera vez en la historia, se utilizaban los aeroplanos como
instrumentos de guerra, y los aparatos de combate del Real Cuerpo Aéreo
Británico y del Servicio de las Fuerzas Aéreas Alemanas, de vívidos colores,
contendían en pleno día sobre los campos de batalla de Francia.
Rittmeister Manfred von
Richthofen, conocido como el Barón Rojo de Alemania, era el rival temido por
todos los pilotos británicos.
La identidad del hombre que
fue responsable de poner fin al Barón Rojo está rodeada de muchas
controversias. Para resolver este misterio deberás enfrentarte a los conflictos
y peligros constantes de un mundo en guerra. Tendrás que hacer uso de todo tu
ingenio para poder estar cara a cara con el Barón Rojo en el día de su vuelo
final.”
En esta historia se trata de hacer una foto al Barón Rojo el día de su
último vuelo, antes de caer en combate por otro combatiente de la Primera
Guerra Mundial. En aquellos tiempos, las personas caían y morían con poca edad.
Algunos se hicieron famosos por sus hazañas, como Manfred von Richthofen. Pero
murió a los 25 años por una herida en uno de sus vuelos de guerra. Las guerras
no deberían existir. El ser humano ha provocado guerras entre ellos mismos por
causas absurdas, normalmente por el control de materias primas, las cuales
deberían haberse compartido y no industrializado hasta tal punto que el planeta
está sufriendo las consecuencias de decisiones del pasado. Además, en las
guerras mueren los que están por debajo de los gobernantes, quedando estos
protegidos de la muerte. Al final los que están por arriba gobiernan al pueblo
bajo sus propios intereses.
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